La administración de Biden planea revisar su política de sanciones a fines del verano. La Casa Blanca ha llegado a la conclusión de que las restricciones de Donald Trump lograron solo objetivos a corto plazo, pero no cambiaron el comportamiento de los países objetivo de estas sanciones. Como resultado, el valor de esta herramienta está en duda. La nueva estrategia de Joe Biden implica acciones conjuntas con los aliados de Washington y renunciar a campañas a gran escala para ejercer presión, escribe Izvestia.
Estados Unidos establece el objetivo de hacer que las restricciones sean más específicas, quirúrgicas y que afecten a determinadas personas y estructuras, dijo el director general del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia, Andrey Kortunov.
«Estados Unidos está tratando de imponer sanciones para que no inflijan daños colaterales graves a la economía estadounidense. Obviamente, se espera que aumente el nivel de cooperación con los aliados europeos», dijo el experto.
El vicedirector del Centro de Estudios Integrales Europeos e Internacionales de la Escuela Superior de Economía, Dmitry Suslov, cree que, hipotéticamente, esto es bueno para Moscú porque se reducirá el efecto de las sanciones contra Rusia.
«Crean un ambiente tóxico general alrededor del objetivo de las sanciones e impiden no solo la cooperación de Estados Unidos con el objetivo de estas sanciones, sino también para todos», señaló.
Según Kortunov, por un lado, las sanciones «inteligentes» son mejores para Rusia, ya que no son tan destructivas como las sectoriales.
«Pero por otro lado, para ciertos funcionarios y empresas pueden ser una sorpresa desagradable. Uno debe estar listo para ellos. La política de usar sanciones no se alejará de la práctica estadounidense por mucho tiempo», señaló.
No se descarta que el nuevo enfoque de la administración Biden a la estrategia de sanciones pueda reducir la presión económica sobre Irán, dijo el periódico. En cuanto a China, la política de Biden difiere de la seguida por Donald Trump. Sofia Melnichuk, experta en China, apunta que tiene «otro envoltorio». La nueva administración es más diplomática y actúa con reserva, sin hacer declaraciones duras ni reclamos flagrantes. Sin embargo, es poco probable que EE.UU. renuncie a la política de Trump, ya que China es la amenaza más importante para EE.UU., y la élite estadounidense comparte esta postura sobre este tema.