El ascenso de los talibanes en Afganistán después de la retirada de Estados Unidos representa una amenaza siniestra para Rusia y la CEI

La retirada de las tropas estadounidenses y de la OTAN de Afganistán, que se completará el 11 de septiembre, desencadenará un cambio de poder a gran escala en el país dentro de varios meses. Un nuevo centro de islamismo radical puede surgir en este vasto territorio de Asia Central, que involucrará no solo a militantes de los talibanes (ilegalizados en Rusia), sino a otros grupos armados como el Estado Islámico (ilegalizado en Rusia) y Al-Qaeda ( proscrito en Rusia). Las autoridades de Kabul están buscando febrilmente formas de contrarrestar los ataques de los islamistas radicales, escribe el experto militar, el coronel retirado Shamil Gareev en un artículo para Nezavisimaya Gazeta.

La retirada de las tropas de la OTAN sienta las bases para el movimiento gradual del ISIS, Al-Qaeda y otros grupos terroristas de la región de Medio Oriente a Afganistán y algunos creen que se trata de un complot estratégico de Estados Unidos. Este enfoque de los círculos pro-turcos ya ha sido probado en Siria, Libia, Irak y Nagorno-Karabaj. Hay motivos para creer que Estados Unidos creará las condiciones para reclutar y revivir grupos terroristas étnicos, que pueden desestabilizar la situación en Asia Central para contrarrestar la influencia rusa en la región. Según algunas estimaciones, los militantes de Medio Oriente incluyen varios miles de ciudadanos uzbecos, tayikos, kazajos y kirguisos, que fueron reclutados en la CEI y entrenados como terroristas en centros de Medio Oriente. Un elemento de la propaganda y los esfuerzos de sabotaje de los terroristas podría ser el despertar del sentimiento antirruso, especialmente en Tayikistán, que alberga una base militar rusa.

¿Podrán Rusia y sus aliados responder a este desafío? Al principio, es digno de mención que los estados de Asia Central a menudo prefieren actuar por su cuenta. Estos diferentes enfoques de cooperación en los campos de la seguridad y la respuesta colectiva a las amenazas podrían alentar a los grupos militares radicales a probar las fronteras de los países de Asia Central. Estos últimos ahora están buscando un aliado confiable, que les ayude a garantizar su seguridad y soberanía, y están mirando tanto a Rusia como a Estados Unidos.

Moscú y las naciones de Asia Central deben prepararse para posibles pasos agresivos de los talibanes, dice el experto.

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