La retirada de tropas de Washington de Afganistán ha entrado en su etapa final. Aunque el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha negado los informes que afirman que el proceso concluirá en los próximos días, Estados Unidos no pospondrá esto hasta el último momento del 11 de septiembre, escribió Kommersant. Mientras tanto, la administración estadounidense todavía tiene mucho que hacer antes de este evento y espera el apoyo activo de los estados de Asia Central. Sin embargo, considerando la ofensiva en curso de los talibanes (prohibidos en Rusia) cerca de las fronteras de Tayikistán y Uzbekistán, los estados postsoviéticos pueden ser los que requieran apoyo en un futuro cercano, dijo el periódico.
La retirada de tropas de Afganistán muestra que la OTAN no ha podido mejorar la situación de seguridad. «Es más o menos igual que al comienzo de la operación en el 2001», dijo a Kommersant el investigador principal del Centro del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales-IMEMO de Estudios Post-Soviéticos Stanislav Pritchin.
«Parece que ni Estados Unidos ni sus aliados tenían este objetivo. Mientras tanto, esta no es la primera vez, Estados Unidos busca apoyo en Asia Central. Aunque las propias repúblicas y Moscú reaccionaron bruscamente a la idea de desplegar parte de las tropas que salían de Afganistán en la región, es probable que las negociaciones sobre este asunto aún estén en curso», dijo.
La semana pasada, el asesor de seguridad nacional de Afganistán, Hamdullah Mohib, se reunió con el secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolai Patrushev, en Moscú. La declaración emitida sobre los resultados de las conversaciones fue bastante moderada. Las partes declararon que los funcionarios de seguridad «se centraron en la situación de seguridad en Afganistán durante la retirada de los contingentes militares occidentales y la escalada de la situación político-militar en la parte norte del país».
«Creo que fue importante para Patrushev entender durante la reunión con Mohib, cuán confiados están los representantes del presidente Ashraf Ghani en su estabilidad», dijo a Kommersant el experto ruso en Asia Central y Afganistán, Arkady Dubnov. «No creo que Moscú esté listo para asegurarle a Ghani su apoyo después de que los estadounidenses se vayan, ya que asestará un golpe a sus relaciones con los talibanes. Necesitamos entender claramente que la figura de Ghani es completamente inaceptable para los talibanes cualquier escenario del gobierno de coalición, y el hecho de que Ghani esté tratando de mantenerse a flote irrita a Moscú”. Según el experto, «cuanto más se aferre Ghani al poder, más grande será el derramamiento de sangre en Afganistán y menor será la influencia de Moscú en el futuro gobierno de Kabul».