La masacre en Burkina Faso, que mató a más de un centenar de personas, fue cometida por niños soldados de entre 12 y 14 años, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), citando a las autoridades locales.
A principios de junio, se informó de que hombres armados atacaron una aldea en el norte de Burkina Faso. Según informes de los medios, unas 170 personas murieron en el ataque. Se declaró un período de luto de tres días en el país.
UNICEF señala que 130 civiles, incluidos muchos niños, murieron en el ataque.
«Según las autoridades, el grupo armado estaba integrado principalmente por niños y adolescentes de entre 12 y 14 años», dijo la organización en un comunicado.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia condenó enérgicamente el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes por parte de grupos armados y calificó tales acciones como «una grave violación de los derechos fundamentales». Tras el ataque en la aldea de Solhan en la región del Sahel, la UNICEF envió ayuda humanitaria de emergencia para apoyar al gobierno y las autoridades locales.
En particular, la organización proporcionó a 13 mil personas que abandonaron sus hogares agua, comida, refugio y lo necesario. Según UNICEF, actualmente hay más de 1,2 millones de personas desplazadas en el país, incluido el 61% de los niños.
Las regiones del norte de Burkina Faso, en la frontera con Níger y Mali, son las más afectadas por los ataques de los terroristas de al-Qaeda e ISIS. El aumento de la incidencia de ataques armados contra civiles desde el 2015 obligó a las autoridades del país a evacuar algunas aldeas de la región.