Los manifestantes se pronunciaban en contra de un proyecto de ley que afecta, de manera directa, las tierras indígenas.
Manifestantes indígenas brasileños del movimiento «Levante pela Terra» fueron reprimidos por la policía este martes cuando se acercaron a la sede del Congreso en Brasilia, la capital del gigante suramericano, para protestar contra un proyecto de ley que pretende cambiar las reglas de delimitación de tierras.
El proyecto de legislación está programado para entrar a votación este martes y al modificar los procedimientos y reglas de demarcación de las fincas se verán afectadas, según denuncian, las tierras indígenas.
Sin embargo, los manifestantes fueron reprimidos por la policía y fueron blanco de bombas lacrimógenas, en el segundo episodio de represión que sufre la movilización desde su inicio, la semana pasada.
En contra de la Constitución Federal de Brasil, el proyecto de ley, elaborado por la bancada ruralista, propone que la demarcación de las tierras indígenas se haga mediante leyes. Además, el proyecto también prevé la apertura de tierras indígenas a la minería que está destruyendo cada vez más la Amazonía brasileña.
El artículo 231 de la Constitución reconoce que «las tierras tradicionalmente ocupadas por los indígenas están destinadas a su posesión permanente y tendrán el uso exclusivo de los recursos de la tierra, los ríos y lagos existentes en ellas».
En rueda de prensa con líderes indígenas de Roraima, la diputada federal y coordinadora del Frente Parlamentario Indígena, Joenia Wapishana, recordó que los derechos indígenas sobre sus tierras son una cláusula permanente de la Constitución, y que, por tanto, no puede ser modificado por intereses individuales.
De acuerdo con la Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil (Apib), los pueblos originarios serán extremadamente perjudicados por el proyecto, ya que permite al gobierno tomar tierras de los pueblos indígenas, y abre Tierras Indígenas a empresas depredadoras, y, en la práctica, hará inviables las demarcaciones, totalmente paralizadas por el gobierno de Bolsonaro.