Turquía puede mantener un contingente militar en Afganistán si Estados Unidos accede a proporcionar el apoyo financiero adecuado, dijo el presidente Recep Tayyip Erdogan al final de la cumbre de la OTAN en Bruselas. Esto promete convertir al país del Medio Oriente en una de las principales fuerzas externas en la arena afgana, escribe Nezavisimaya Gazeta. Sin embargo, miembros del movimiento radical talibán (prohibido en la Federación de Rusia), que lo ven como una violación de los acuerdos de paz entre el grupo y Estados Unidos, aún se oponen a este escenario. Para Washington, la presencia del ejército turco en el país es una oportunidad para evitar una posible toma del poder por parte de los militantes, mientras que para Ankara, brinda la oportunidad de afianzarse en otra región del mundo, escribe el periódico.
Es posible que tal situación le convenga a la parte rusa, que está interesada en mantener la estabilidad en las repúblicas de Asia Central que limitan con Afganistán sin la participación de Estados Unidos. Moscú tiene una profunda experiencia en la interacción diplomático-militar con Ankara en varias regiones, desde el Medio Oriente y el norte de África hasta el sur del Cáucaso. Conjuntamente, Rusia y Turquía intentaron resolver algunos aspectos problemáticos de las crisis siria y libia. La pregunta es cómo utilizará la parte turca su mayor influencia en la región. Erdogan no siempre ha demostrado ser un socio confiable y predecible en las relaciones con Rusia, escribe Nezavisimaya Gazeta.
El investigador asociado del Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias de Rusia, director del Centro de Estudios Afganos Contemporáneos, Omar Nessar, señaló que esta opción surgió por temor al fortalecimiento militar y político de los talibanes tras la retirada de los países occidentales. La opción de involucrar a Turquía puede desaparecer si el grupo reconsidera su posición y decide comprometerse en el curso de las negociaciones, concluyó el experto.