El secretario general del Partido Comunista Colombiano, Jaime Caycedo, aseguró hoy que el paro nacional contra el gobierno tiene una composición social diversa que muestra la convergencia de distintos niveles de la rebeldía popular.
Recordó en un análisis divulgado hoy por el diario Voz, de esta fuerza política, que el paro comenzó el 28 de abril contra la reforma fiscal del Ministerio de Hacienda y del Banco Mundial, de carácter profundamente regresivo.
El proyecto proponía aumentar el impuesto a la canasta familiar y servicios públicos mientras se mantenían exenciones, subvenciones y exoneraciones a grandes accionistas, para asegurar la compra de aviones de guerra y recursos económicos para las elecciones de 2022 con el fin de ‘blindar la continuidad del régimen’, expresó.
Recalcó que mientras el gobierno intenta el desgaste del paro mediante la represión selectiva y violenta, el movimiento ganó audiencia en la población e incorporó nuevos y complejos componentes, cada uno con su pliego de exigencias represadas e incumplidas, orientadas en la reclamación de justicia social.
Acerca del estallido en el país, Caycedo recalcó que la crisis económica del capitalismo periférico golpea a Colombia desde la década anterior, con un creciente incremento del desempleo desde 2015.
La irrupción de la pandemia de Covid-19 provocó el repliegue de decenas de miles de trabajadores del comercio informal, despidos y cierres de pequeñas empresas, el hambre como un fenómeno en incremento estable, la vulnerabilidad de la población frente a la crisis sanitaria, y los costos educativos, también coadyuvaron al estallido, agregó.
Sin embargo, las medidas paliativas del gobierno nacional y de algunas alcaldías, como la de Bogotá, están muy lejos de representar la renta básica que exigen el Pliego de Emergencia del Comité Nacional de Paro y el movimiento popular organizado, enfatizó.
A esto se suma una historia reciente que desencadena hechos nuevos en la vida colombiana, como el incumpliendo del Acuerdo de Paz por el gobierno de Iván Duque, afirmó.
Agregó como la nota más aberrante de esta realidad, la continuación del exterminio de exinsurgentes, líderes sociales populares y activistas de izquierda, con total impunidad.
‘El estallido social ha devenido en mucho más que un movimiento de movimientos reivindicativos e indignados que ha paralizado un país, cuyo gobierno se niega a proporcionar salidas mediante el diálogo y la negociación y se orienta al aplastamiento brutal de la protesta’, remarcó.
Expresa una auténtica denuncia a la opresión y la violencia del Estado posterior al Acuerdo de Paz, con la necesidad de abrir y profundizar la democracia, manifestó Caycedo.
La necesidad de una solución democrática para esta crisis es parte del horizonte inmediato como tarea de la más amplia convergencia de fuerzas, propósito que está en la perspectiva del Pacto Histórico y en el papel de las fuerzas democráticas que en él participan, advirtió.