El ejército ruso representa una amenaza existencial para Estados Unidos, dijo el general Scott Berrier, director de la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos (DIA), en una audiencia ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes.
“El ejército ruso representa una amenaza existencial para Estados Unidos. Rusia tiene una capacidad cada vez mayor para proyectar poder con misiles de crucero de alta precisión y largo alcance. La inversión [de Rusia] en armas convencionales, armas nucleares estratégicas y disuasión estratégica pone en riesgo a Estados Unidos», dijo el general estadounidense citado por TASS.
Según el general, Rusia y China están modernizando sus fuerzas para operaciones en el espacio y aumentando las capacidades anti-espaciales.
“La Agencia de Inteligencia está trabajando para dar a Estados Unidos y sus aliados una ventaja en la toma de decisiones en todos los escenarios y fronteras geográficas sobre rivales que pretenden desafiar, limitar o exceder nuestras capacidades militares”, argumentó. «El potencial de los rivales incluye misiles balísticos y de crucero más letales, arsenales nucleares, así como <…> fuerzas extranjeras [asociadas], manipulación de información, ciberataques y coerción económica».
Beijing, según Berrier, sigue siendo el rival estratégico a largo plazo de Washington.
“Como amenaza creciente, China plantea un importante desafío de seguridad. Beijing utiliza un enfoque multilateral, que incluye espionaje militar, diplomático y económico, para lograr sus objetivos estratégicos”, dijo el general.
Rusia ha abogado en repetidas ocasiones por entablar un diálogo con Estados Unidos sobre la estabilidad estratégica y el control de armamentos, y el desarrollo de normas de comportamiento en el espacio ultraterrestre. Por su parte, Yang Jiechi, miembro del Politburó del Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh) y jefe de la Cancillería de la Comisión de Asuntos Exteriores del Comité Central dijo en febrero que Beijing nunca había tratado de desafiar o ocupar el lugar de Washington en el mundo y no tenía la intención de compartir esferas de influencia con él.