Tras demostrar que la Policía colombiana cometió “abusos gravísimos” durante las protestas, la oenegé HRW aboga por una “reforma profunda” de esta fuerza pública.
En Colombia no cesan las protestas desde el 28 de abril pasado para exigir reformas fundamentales y el fin de la violencia promovida por el Gobierno de Iván Duque. La intervención violenta de la Policía ha dejado más de 60 muertos, lo que ha provocado la reacción de organizaciones pro derechos humanos, como Human Rights Watch (HRW).
En un informe publicado HRW hizo un llamado urgente al Gobierno de Duque “para proteger los derechos humanos” e iniciar una “reforma policial profunda” que garantice el derecho a la reunión pacífica, y que, en caso de registrarse abusos, los responsables “sean llevados ante la justicia”.
Solicitó al presidente colombiano una “revisión exhaustiva de los protocolos, las prácticas y los equipos de control de multitudes de la Policía”. Asimismo, consideró necesario que Duque pida disculpas al pueblo por los abusos policiales cometidos durante las recientes protestas, a la vez que dé garantías de reparación a las víctimas.
Razones por las que HRW considera necesaria la reforma policial:
Pese a que el Gobierno de Duque ha minimizado los abusos policiales y ha ofrecido promesas de justicia en estos casos, HRW documentó que la Policía sería responsable de al menos 20 muertes de manifestantes, mientras que varios asesinatos de participantes en las protestas fueron ejecutados por “personas armadas vestidas de civil”, una situación que generó sospechas sobre la probable presencia de grupos paramilitares que actuaron con aval de las autoridades.
Otra razón de la oenegé es el uso de “municiones letales” por la policía en contra de manifestantes que no estaban armados. De acuerdo con las pesquisas emprendidas por HRW, al menos 15 víctimas presentaban heridas de bala en órganos vitales, lo que, a juicio de las autoridades judiciales consultadas por la organización, demuestra que las lesiones fueron “causadas con la intención de matar”.
Además de las armas de fuego, HRW afirma que la Policía Nacional colombiana ha utilizado un sistema de lanzamiento de proyectiles múltiples, conocido como Venom, que permite disparar hasta 30 cartuchos de gas lacrimógeno, humo o aturdidoras por vez, lo que ha dejado al menos 3 fallecidos.
En medio de las fuertes críticas contra las instituciones colombianas y la brutalidad de los agentes responsables por abuso del poder durante las recientes protestas, Duque informó el 6 de junio que su Gobierno busca modernizar el Ministerio de Defensa y la Policía Nacional en el marco de “proteger y respetar los derechos humanos”.
Además, anunció que se cambiará el color del uniforme de la Policía del tradicional verde a uno azul para cumplir con los estándares internacionales.
“Se necesita una reforma seria que permita separar claramente a la Policía de las Fuerzas Militares y asegurar una supervisión y rendición de cuentas adecuada para impedir que estos abusos vuelvan a ocurrir o queden impunes”, dijo al respecto el director para las Américas de HRW, José Miguel Vivanco.
No es primera vez que el Gobierno de Duque bajo presiones nacionales e internacionales declara hacer una reforma policial.
Durante las protestas realizadas en 2019 y 2020, Duque anunció un “Proyecto de Ley de Estatuto Disciplinario Policial”. Para Human Rights Watch ese presunto cambio era solo de “carácter cosmético”.
En el caso de las protestas recientes, la Policía anunció investigaciones disciplinarias contra 117 agentes por posibles conductas indebidas. Pero, solo cinco agentes fueron suspendidos temporalmente, mientras que el resto seguía sus funciones.