El presidente Jair Bolsonaro fue blanco hoy de ensordecedores cacerolazos durante un discurso que pronunciaba en red nacional de radio y televisión sobre la pandemia de Covid-19 y vacunación en Brasil.
Residentes de 19 ciudades de estados como Sao Paulo, Río de Janeiro, Minas Gerais, Belém, Belo Horizonte, Maceió, Ceará, Porto Alegre, Curitiba y Brasilia se posicionaron en terrazas y ventanas, y algunos salieron a las calles para gritar Fuera Bolsonaro y golpear ollas, en protesta por su irresponsable conducta ante el virus.
El discurso del mandatario resultó raro esta noche porque bajó su tono agresivo, sin embargo, fue recibido por los manifestantes con un ruidoso cacerolazo.
Durante su alocución de siete minutos, Bolsonaro volvió a defender las acciones del Gobierno federal para acelerar la inoculación antiCovid-19 y contener la crisis económica causada por la pandemia. Citó la marca de 100 millones de dosis de vacunas contra el patógeno entregadas por el Ejecutivo a los estados y prometió que todos los brasileños pueden ser inmunizados antes de terminar 2021.
También defendió la Copa América de fútbol a realizarse en Brasil, al justificar que la competición seguiría los protocolos de otros torneos.
‘Todos nuestros 22 ministros consideran que el mayor bien de nuestro pueblo es su libertad. Que Dios bendiga a nuestro Brasil’, afirmó el excapitán del Ejército al cerrar su discurso sin medir fatales consecuencias por la pandemia, como alertaron especialistas médicos.
El sábado pasado, al menos 200 actos y marchas se registraron en ciudades brasileñas contra el Gobierno en reclamo de vida ante las alarmantes cifras de muertes por la Covid-19.
En la realización de los actos, además de los frentes Pueblo Sin Miedo y Brasil Popular, estuvieron agrupaciones obreras, religiosas y también aficionados del fútbol organizados.
Antes de comenzar su discurso en Sao Paulo, el líder del Movimiento de Trabajadores Sin Techo, Guilherme Boulos, pidió un minuto de aplausos para las más de 460 mil víctimas fatales de la Covid-19 en el país y condenar el ‘abandono y genocidio’ del presidente.