El destino de la base militar rusa en Sudán pende de un hilo

Sudán planea revisar los términos de su acuerdo sobre la base militar de Rusia, una instalación de apoyo técnico-material, en el Mar Rojo. Una declaración del Jefe de Estado Mayor del Ejército de Sudán, Mohammed Osman al-Hussein, se produjo dos semanas después de que Sudán fuera eliminado de la lista estadounidense de países que patrocinan el terrorismo. Según los medios árabes, Jartum había advertido a Rusia de antemano sobre este desarrollo inminente.

En medio de un deshielo en las relaciones entre Jartum y Washington, el futuro de las relaciones ruso-sudanesas planteó un número creciente de preguntas, escribe Kommersant. Los funcionarios rusos hicieron comentarios cautelosos sobre las noticias provenientes de Sudán. Mientras tanto, los expertos son más escépticos sobre la situación.

“Todos los expertos creen que nuestra base militar era simplemente otro elemento simple en el sistema oriental de «compra y venta» de influencias y servicios. El vendedor es Sudán y Estados Unidos es el comprador deseado. De hecho, Sudán está chantajeando a los estadounidenses al albergar una base militar rusa y exigiendo a cambio de renunciar a nuestra base, inyecciones multimillonarias de Estados Unidos y Occidente en la moribunda economía sudanesa, y (si es posible) establecer una base militar estadounidense en Sudán como garantía de ser nuevamente catalogado como el eterno enemigo de Washington», dijo Sergei Seregichev, profesor de la Universidad Estatal de Humanidades de Rusia. El comentarista también señala que los jóvenes en Sudán, la fuerza impulsora de la revolución 2019-2020, son muy pro estadounidenses. «Ahora, Sudán tiene una gran necesidad de dinero, de lo contrario, el camino hacia un futuro democrático brillante será seguido muy pronto por el estancamiento de otra dictadura militar», advirtió.

«Estados Unidos ciertamente puede obligarnos a salir de Sudán normalizando sus lazos con las élites locales, pero en general solo nosotros podemos salir de la región. Pero debemos estar presentes allí, ya que esto se refiere a las cuestiones de la navegación segura, incluida la nuestra, y asegurar proyectos económicos en África, y apuntalar posibles acuerdos futuros», dijo Ilya Kramnik, miembro junior del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales.

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