Tras la decisión de retirar las tropas de Afganistán, la OTAN no se hace ilusiones sobre la situación del país, que sigue siendo difícil y frágil. Así lo afirmó el martes el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en una conferencia de prensa posterior a una reunión de los ministros de defensa de los países de la alianza.
«Sabemos que la situación es difícil y frágil. Y no nos hacemos ilusiones de que el camino futuro será simple y sin muchos riesgos», dijo.
Según él, cualquiera que sea la decisión que tome la OTAN, los riesgos permanecerán.
«Hemos dejado claro que la decisión de terminar la misión está cargada de riesgos porque la situación es difícil. Vemos violencia, ataques contra niños, jóvenes, personas inocentes. Por lo tanto, no subestimamos los desafíos y riesgos», dijo. «Al mismo tiempo, decidir quedarse y continuar la misión también es un riesgo. El riesgo de aumento de la violencia, la violencia contra las tropas de la OTAN, el riesgo de verse obligados a aumentar el número de tropas».
El Secretario General destacó que la finalización de la misión no significa que la OTAN se esté retirando completamente de Afganistán.
«Al darnos cuenta de los riesgos, continuaremos ayudando de otras maneras. Financiaremos y capacitaremos a las fuerzas afganas, mantendremos una presencia civil en el país», agregó.
El 14 de abril, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, anunció que planea comenzar a retirar las tropas estadounidenses de Afganistán en mayo y completarlo para el 11 de septiembre del 2021. El mismo día, la OTAN, luego de una videoconferencia entre cancilleres y ministros de defensa de la alianza, adoptó un comunicado en el que expresaba la decisión de iniciar el retiro de las tropas de la alianza antes del 1 de mayo.
En el pic de la operación en Afganistán entre el 2010-2013, el número de fuerzas occidentales en el país superó las 150 mil personas. Las principales fuerzas de combate de Estados Unidos y la OTAN se retiraron de Afganistán en el 2014.