Arturo Murillo, quien se desempeñó como ministro del Interior de Bolivia luego de la destitución de Evo Morales en 2019, ha sido detenido en Estados Unidos bajo sospecha de intentar enriquecerse ilegalmente intercambiando contratos gubernamentales por dinero en efectivo.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció el miércoles que Murillo y su exjefe de gabinete, Sergio Méndez, fueron arrestados la semana pasada por cargos penales relacionados con soborno y lavado de dinero. La pareja está acusada de “recibir sobornos pagados por una empresa estadounidense e individuos para asegurar un contrato con el gobierno boliviano” y luego de utilizar el sistema financiero estadounidense para lavar los fondos.
Se alega que entre noviembre de 2019 y abril de 2020, tres ciudadanos estadounidenses pagaron $ 602,000 a los funcionarios bolivianos para asegurar un contrato de $ 5.6 millones para proporcionar al Ministerio de Defensa de Bolivia gas lacrimógeno y otros equipos.
Los tres estadounidenses involucrados en el plan también han sido acusados de plan de blanqueo de dinero. Si son declarados culpables, los cinco hombres podrían enfrentar una pena máxima de cinco años tras las rejas.
Sin embargo, los problemas legales de Murillo se extienden más allá de Estados Unidos. Actualmente también es buscado en Bolivia por sedición, luego de su participación en el gobierno «interino» que llegó al poder después de que el presidente Evo Morales fuera expulsado en noviembre de 2019, en lo que muchos han calificado de golpe de Estado.
El actual ministro del Interior de Bolivia, Eduardo del Castillo, dijo el miércoles que le pediría a Estados Unidos que extraditara a Murillo y Méndez para que pudieran enfrentar cargos en su país.
Morales regresó del exilio en Argentina en noviembre después de que su partido Movimiento por el Socialismo (MAS) triunfara sobre la autoproclamada presidenta Jeanine Anez en las urnas. Anez fue arrestada en marzo por su participación en el presunto intento de golpe, mientras que Murillo huyó del país antes de que pudiera ser detenido.
Bajo el breve reinado de Murillo, decenas de partidarios de Morales fueron asesinados durante una sangrienta represión contra las protestas contra el gobierno interino. En diciembre de 2019, Murillo emitió una orden de arresto de Morales, acusando al entonces exiliado presidente de incitar disturbios y «terrorismo».