La cumbre entre los presidentes de Rusia y Estados Unidos, Vladimir Putin y Joe Biden, prevista en Ginebra el 16 de junio, podría ayudar a lograr avances en algunas áreas de interés de ambos países, como el control de armas, pero es poco probable que mejore seriamente las relaciones, dijo a TASS Robert Jervis del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Columbia.
«No creo que haya perspectivas de una mejora importante en las relaciones, pero podría haber avances en algunas áreas como el control de armas y el cambio climático global», dijo Jervis.
El experto señaló que el acuerdo sobre una reunión indicaba que las partes estaban al menos dispuestas a evitar un mayor deterioro de las relaciones.
«Dicho esto, el mero hecho de que los dos líderes hayan acordado reunirse envía una señal de que quieren mantener el conflicto y la hostilidad bajo control».
El martes, tanto el Kremlin como la Casa Blanca dijeron que la cumbre Putin-Biden tendrá lugar en Ginebra el 16 de junio. Según el servicio de prensa del Kremlin, los presidentes discutirán el estado actual y las perspectivas de un mayor desarrollo de las relaciones Rusia-EE.UU., los problemas de estabilidad estratégica, así como temas de actualidad de la agenda internacional, incluida la cooperación en el combate a la pandemia del coronavirus y la resolución de conflictos regionales. Será el primer encuentro personal entre los dos líderes desde que el 46º presidente de Estados Unidos ingresó a la Oficina Oval. También será la primera visita al extranjero de Putin desde enero del 2020, cuando visitó Israel y Palestina.