La adopción más amplia de las monedas digitales de los bancos centrales de uso general (CBDC) presentará a las autoridades compensaciones entre riesgos y beneficios, según Fitch Ratings.
“La adopción generalizada de CBDC puede ser perjudicial para los sistemas financieros si no se gestionan los riesgos asociados”, escribieron los analistas de Fitch Ratings en una nota.
“Estos [riesgos] incluyen la posibilidad de que los fondos se muevan rápidamente a las cuentas CBDC desde los depósitos bancarios, lo que provoque una desintermediación financiera y aumenten las amenazas de ciberseguridad a medida que se creen más puntos de contacto entre el banco central y la economía”, agregaron los analistas.
Fitch señaló que los beneficios clave de las CBDC minoristas radican en su potencial para mejorar los pagos sin efectivo respaldados por la autoridad y la oportunidad de incorporar a las comunidades sin servicios bancarios al sistema financiero.
En cuanto a las desventajas de las CBDC, estas incluyen el potencial de que pueden ofrecer menos privacidad que el efectivo, o que los gobiernos podrían limitar severamente las cantidades mantenidas en billeteras electrónicas, dijo la firma de calificación. Eso podría disuadir al público de usarlos, señaló.
La advertencia de Fitch se produce cuando los bancos centrales mundiales están avanzando con iniciativas para desarrollar sus propias monedas digitales. Buscan modernizar los sistemas financieros y protegerse de la amenaza de las criptomonedas, así como acelerar los pagos nacionales e internacionales.
El Banco Central de Rusia planea lanzar su primer prototipo de rublo digital este año. En China, se están realizando pruebas piloto masivas del yuan digital en las principales ciudades del país, que planea tener su moneda digital soberana lista a tiempo para los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022.
El Banco de Japón dijo el mes pasado que ha comenzado experimentos para estudiar la viabilidad de emitir su propia moneda digital. Mientras tanto, el Banco Central de las Bahamas presentó oficialmente el dólar de arena el año pasado, que es una versión digital del dólar de las Bahamas.