España ha considerado el éxodo masivo como agresión y chantaje a su territorio y, por ende, al de la Unión Europea.
Cientos de migrantes continúan los desplazamientos desde Marruecos hacia España, esta vez han intentado acceder a territorio español por la ciudad autónoma de Melilla, según informaron fuentes gubernamentales.
Según las autoridades, los indocumentados que lograron llegar a esa localidad autónoma ibérica sobre las 04H45, hora local (06H45 GMT), por la zona del Dique Sur eran todos marroquíes mayores de edad.
Otros 300 subsaharianos también intentaron acceder por la zona rocosa, bordeando el dique. No obstante, un despliegue de la Guardia Civil, donde participó la Policía Nacional, consiguió evitar el acceso de más de 200 de ellos.
La Delegación del Gobierno en Melilla redujo a 80 los inmigrantes que entraron de manera irregular a la ciudad, a diferencia de los 86 que informaron al inicio, luego del conteo “de forma exhaustiva”.
Son 79 hombres y una mujer, según lo que informó en rueda de prensa, la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, quien también dijo que ellos se encuentran en el centro de Altos del Real, donde estarán bajo restricciones a causa de la pandemia.
Marruecos y España han vivido una escalada de tensión ante el arribo masivo de más de 8.000 migrantes a la región autónoma de Ceuta, lo que provocó críticas de la ministra de Defensa del país ibérico.
La titular de esa cartera, Margarita Robles, llamó de “agresión y chantaje” la postura del Gobierno marroquí que, según dijo: “pone en juego las vidas de menores dejándoles vía libre para acceder a nado a Ceuta”.
Robles insistió en que el éxodo no representa solo una agresión a España, sino a los límites del bloque comunitario europeo, ya que además de melilla, ese territorio norteafricano es la única frontera terrestre entre la Unión Europea (UE) y África.
Previamente, el alto representante para la Política Exterior de la UE, Joseph Borrel, señaló la “dimensión” de los incidentes que trascienden las fronteras exteriores del bloque comunitario, al tiempo que la presidenta del Ejecutivo europeo, Ursula von der Leyen, manifestó su respaldo a España.
Por su parte, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, llamó de “gran conflicto” para Europa” el creciente arribo de migrantes a territorios autónomos españoles.
En cambio, la Embajadora de Marruecos en esa nación, Karima Benyaich, expresó que “en las relaciones entre países hay actos que tienen consecuencias y se tienen que asumir”, en clara referencia a que Madrid prestara atención médica a Brahim Ghali, líder del frente Polisario, movimiento de liberación nacional del Sahara Occidental.