Una delegación del Departamento de Estado de Estados Unidos visitó territorios del noreste de Siria, que no están controlados por el gobierno. Esta es la primera visita de este tipo desde que Joe Biden asumió el cargo, escribe Nezavisimaya Gazeta. El líder estadounidense está tratando de no repetir los errores de su predecesor, expresando su apoyo a las fuerzas locales en las que Estados Unidos ha confiado durante mucho tiempo durante la campaña antiterrorista contra el Estado Islámico (las Fuerzas Democráticas de Siria-FDS dominada por los kurdos). Mientras tanto, los expertos especulan sobre cómo esta nueva política «iraní» de Washington podría afectar aspectos clave de la estrategia estadounidense en Siria.
Hasta ahora, la administración Biden no ha publicado ninguna estrategia detallada sobre Siria. Esto contrasta con su claro deseo de resolver la crisis sobre Irán. Había dudas de que Washington dejaría incluso un contingente militar limitado en el noreste de la República Árabe, dada su clara línea hacia la degradación de la prioridad de algunos problemas de Medio Oriente. La visita de la delegación del Departamento de Estado demuestra que Washington sigue interesado en buscar una solución política para Siria y ve la necesidad de seguir brindando asistencia humanitaria a los grupos sirios que la necesitan.
Estados Unidos mantiene estrechos contactos sobre Siria con Rusia a pesar de sus serios desacuerdos. El ministro de Defensa ruso, Sergey Shoigu, lo confirmó en su entrevista de marzo con Tengrinews de Kazajstán. Shoigu también describió los primeros pasos de la administración Biden como prometedores.
Anton Mardasov, investigador del Instituto de Medio Oriente (MEI) con sede en Washington y experto en el Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia, señala que los representantes del Departamento de Estado y el Pentágono visitan regularmente los territorios controlados por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), señalando que esta práctica se estableció durante la presidencia de Trump. La administración Biden está actuando en el marco de las tácticas esperadas: sigue apoyando a la «Siria alternativa» para combatir al grupo del ISIS y ejercer presión sobre Irán, Damasco y Turquía. Mientras tanto, intenta prometer apoyo al liderazgo de las FDS para evitar los errores de Trump. Por otro lado, ahora no está claro cómo la intensificación de los esfuerzos diplomáticos estadounidenses hacia Irán podría afectar la política estadounidense en Siria.