México repudia una vez más el intervencionismo estadounidense. Esta vez a través del financiamiento de organismos civiles.
México reclama al Gobierno estadounidense el fin de lo que denomina como intervencionismo a través del financiamiento de supuestas causas sociales con agencias como USAID. Según el gobierno federal mexicano, la labor que realizan es una acción injerencista, reprobable y violatoria a la Constitución, con características propias de actos golpistas.
El Gobierno mexicano envió una nota diplomática a su contraparte estadunidense en la cual solicita aclarar el financiamiento otorgado por la agencia estadounidense específicamente a la organización no-gubernamental “Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad”, considerada por la Administración del presidente Andrés Manuel López Obrador como un grupo opositor con fines políticos.
Ante las acusaciones del presidente mexicano, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional ha señalado que «reevalúa» sus programas y financiación para México pero no ha especificado los detalles. Mientras que el consejo consultivo de Mexicanos contra la corrupción asegura que las declaraciones son un acto intimidatorio del mandatario mexicano.
Pese a los reclamos de López Obrador y la polémica que ha generado en México, desde la Casa Blanca no se ha dado un pronunciamiento oficial, en tanto que la agenda de relaciones bilaterales continúa su curso en lo económico, y enfocada en una nueva política migratoria.