Rusia podría ampliar la lista negra de países «hostiles»


El Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, calificó de irrazonable la inclusión de República Checa y Estados Unidos en la lista de países hostiles a Rusia e instó a Moscú a revocar su decisión.

Al mismo tiempo, la lista no incluye a Letonia, Lituania, Polonia y Estonia, que expresan abierta y regularmente sentimientos anti-rusos. Si bien la lista puede ampliarse en el futuro, la pregunta es si los países incluidos en ella realmente sufrirán algún daño real, escribe Nezavisimaya Gazeta.

Según el periódico, la medida del Kremlin parece impulsiva dado que la República Checa estaba incluida en la lista, habiendo sido considerada un país bastante amigo de Rusia antes del escándalo de la explosión de Vrbetice. Después de todo, hay países que han mantenido posiciones claras contra Rusia durante mucho tiempo.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia dijo al periódico que las acciones de Rusia son en respuesta a la política anti-rusa de los estados extranjeros, que incluye la expulsión de diplomáticos. El ministerio considera que incluir a cualquier país en la lista es una consecuencia natural, una respuesta adecuada a las acciones de los socios rusos.

«La lista, como medida, llega tarde. Creo que Rusia debería haber respondido con más dureza», dijo al periódico el decano de la Facultad de Política Mundial de la Universidad Estatal de Moscú, Andrey Sidorov. El experto cree que pronto se podrán agregar otros países a la lista.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, señaló que las acciones de Moscú suponen un golpe para las relaciones diplomáticas. Sin embargo, aún no está claro qué golpe específico se les infligirá. Según Nezavisimaya Gazeta, los embajadores de los países más grandes de la UE aún no comprenden qué acciones específicas estaría dispuesta a utilizar Moscú.

El profesor adjunto del Departamento de Procesos de Integración del MGIMO, Alexander Tevdoi-Burmuli, cree que el paso del Kremlin es bastante simbólico, ya que Moscú todavía no tiene mecanismos reales para introducir sanciones efectivas.

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