Desde que comenzara el último empeoramiento en el frente en el Donbass el pasado febrero, Kiev ha tratado de utilizar cada ocasión para lanzar una ofensiva diplomática y lograr más apoyos para su visión de cómo ha de ser el proceso de negociación que logre una resolución a la guerra. A los intentos de imponer un cambio de formato en Minsk o la introducción de más aliados ucranianos en el Formato Normandía se suma el constante llamamiento a los países del G7, todos ellos aliados de Estados Unidos, el principal valedor de Ucrania en la escena internacional, para conseguir más presión contra Rusia.
Desde febrero, los embajadores de los países del G7 han acudido a la línea del frente en Donbass en viajes de propaganda del gobierno ucraniano al menos en dos ocasiones. En esta ocasión, sin nada nuevo que mostrar en el frente, donde las tropas ucranianas continúan bombardeando las afueras de varias ciudades de Donbass, los diplomáticos se han reunido con el jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, cuya labor principal es lograr apoyo internacional a la hora de presentar el flagrante incumplimiento de los acuerdos de Minsk y de la cumbre de diciembre de 2019 del Cuarteto Normandía como incumplimiento ruso y no ucraniano. Todo ello en busca de cambios en los acuerdos de paz, especialmente en ciertos puntos que Ucrania siempre ha dejado claro que no tiene intención de cumplir, pero que Rusia recuerda periódicamente que forman parte de una resolución aprobada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Artículo Original: Antifashist
El jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, Andriy Ermak, ha confirmado que ha enviado una carta a sus homólogos de los países del Cuarteto de Normandía con una propuesta para una reunión urgente, ya sea presencial o por videoconferencia. También ha apelado a los países del G7 a ejercer presión sobre Rusia. Ermak explicó que se trata de un paso necesario para reactivar el intento de resolución del conflicto armado en el Donbass, ya que las negociaciones se encuentran en un “estancamiento prolongado”.
Kiev insiste en que Moscú “tiene que desbloquear la implementación de las decisiones de la cumbre de París de 2019”. Ermak realizó esas declaraciones durante una reunión con los embajadores del G7, Suecia y la Unión Europea que se celebró, según la página web de la Oficina del Presidente, el 13 de mayo.
“Cada día continúan produciéndose bombardeos sobre las posiciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania en la línea de contacto. Por desgracia, soldados ucranianos siguen muriendo o resultando heridos. Recientemente, el uso de artillería se ha hecho más frecuente”, afirmó Ermak.
El jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania apuntó que deberían acudir a la reunión del Formato Normandía los asesores políticos y ministros de Asuntos Exteriores de Ucrania, Alemania, Francia y Rusia. Además, según Ermak, la participación de expertos políticos, militares y legales puede ayudar a intensificar las negociaciones.
“En tercer lugar, la parte ucraniana insiste en que se debe prestar especial atención a desbloquear la implementación por parte de Rusia de las decisiones de la cumbre del Cuarteto de Normandía de París, que se celebró en diciembre de 2019”, añadió.
Ermak solicitó a los representantes del G7 que consideren la posibilidad de realizar un llamamiento conjunto a la Federación Rusa sobre este tema. “Creemos que celebrar la próxima cumbre del Formato Normandía daría un serio ímpetu al proceso de resolución pacífico. Así que me gustaría que se considerara la posibilidad de un llamamiento conjunto del G7 a la Federación Rusa para apoyar la celebración de dicha cumbre”, insistió.
Hay que recordar que, durante la reunión de abril, los asesores de los líderes del Cuarteto Normandía no llegaron a ningún acuerdo sobre el Donbass. El representante de la Federación Rusa ya había sugerido que el Cuarteto Normandía debe cambiar la forma de organizar las reuniones. Antes, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky apeló a cambiar el Formato Normandía, algo que el Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa definió como una forma de retirada de los acuerdos de Minsk.