El Comité Nacional de Paro de Colombia denuncia que no alcanzó ningún acuerdo con el Gobierno de Duque para cesar las protestas, por falta de empatía de Bogotá.
“No llegamos a un acuerdo porque no hubo ninguna empatía por parte del Gobierno a las razones que llevaron a este paro nacional”, manifestó el lunes el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Francisco Maltés.
Maltés realizó estas declaraciones después de la primera reunión entre el presidente colombiano, Iván Duque, y el Comité Nacional del Paro (CNP), celebrada en el Palacio de Nariño (sede presidencial en Bogotá, la capital), en la que el CNP pidió a los funcionarios estatales que detuvieran la violencia contra las marchas, las cuales se han saldado con la muerte de decenas de personas.
Asimismo, el líder negociador de los manifestantes ha anunciado la falta de empatía con las víctimas de las violencias, quienes vienen protestando “pacíficamente” desde hace dos semanas.
Además, los participantes han lamentado que a pesar de todas las negociaciones durante la reunión, el Gobierno de Iván Duque no ha aceptado el compromiso de no seguir la brutal represión contra las marchas en Colombia.
Duque, en reiteradas ocasiones ha enfatizado el fortalecimiento del militarismo contra los manifestantes que protestan contra la reforma tributaria. Al respeto, la Presidencia de Colombia ordenó el lunes el mayor despliegue de las fuerzas de seguridad para aplacar los duros enfrentamientos registrados en la ciudad de Cali, en el oeste del país suramericano.
A partir del pasado 28 de abril, diversas organizaciones sociales y políticas se manifiestan en las calles, en el marco de un paro nacional, en contra de una reforma tributaria, promovida por el Gobierno neoliberal de Bogotá. El ímpetu de las manifestaciones hizo tumbar el pasado 3 de mayo la mencionada enmienda legal.
Desde el inicio de protestas, la Defensoría del Pueblo y las oenegés colombianas han reportado que la represión policial contra los manifestantes se ha saldado con decenas de víctimas mortales, desaparecidos y detenidos. Entretanto, el presidente colombiano es blanco de múltiples críticas por haber ordenado la militarización de las urbes del país, sobre todo en Cali como principal epicentro de marchas, para contrarrestar las protestas pacíficas.