El enfrentamiento palestino-israelí, que se ha intensificado en los últimos días, puede convertirse en un conflicto militar a gran escala, dijo el martes a TASS el presidente de la junta de la fundación para el desarrollo y apoyo del Club de Discusión Internacional de Valdai, Andrei Bystritsky.
«La situación no es simple. Los riesgos son altos y pueden seguir un escenario muy alarmante, incluso peligroso», dijo Bystritsky. «La última espiral de la confrontación árabe-israelí puede convertirse en una guerra a gran escala, con muchos actores involucrados. Dada la gran variedad de factores, cualquiera puede adivinar cómo se puede poner fin».
El analista destacó que el conflicto va en aumento. En ambos lados, el proceso de conformación de las instituciones de poder aún está en marcha, lo que provoca una influencia particularmente dañina en la situación.
«Ni Palestina ni Israel han terminado con la formación de cuerpos estables de poder. Esto genera discordia. El número de diferentes partes en el conflicto es muy grande», dijo Bystritsky. «No es sólo un enfrentamiento entre dos actores rivales, digamos, Hamas e Israel. Es mucho más complicado. Por un lado, está la juventud palestina, que claramente sigue su propia política. Esto crea una situación en la que todos están ansiosos por marcar puntos políticos en este conflicto”.
El experto cree que para suavizar el enfrentamiento es fundamental que ambas partes rivales logren la consolidación. De lo contrario, puede seguir una repetición de la situación del 2014, cuando, durante casi dos meses, Israel llevó a cabo una operación con el nombre en código “Margen Protector”. Entonces, las fuerzas terrestres israelíes fueron trasladadas a territorios palestinos, recordó Bystritsky.
Él cree que los actores extranjeros pueden jugar un cierto papel estabilizador.
«Es muy posible que algún grupo de potencias, digamos Rusia, los países europeos, Estados Unidos y Turquía, puedan tomar medidas de paz para poner la situación bajo control. Hay suficiente influencia para esto. Recursos financieros, por ejemplo. Los palestinos no pueden existir de forma autónoma. Dependen de una gran ayuda del exterior», concluyó el experto.
Nueva espiral del conflicto
Las tensiones palestino-israelíes comenzaron a ir de mal en peor a mediados de abril. El 7 de mayo, estallaron enfrentamientos entre la policía fronteriza israelí y los palestinos en dos sitios en Jerusalén Este: el Monte del Templo y Sheikh Jarrah, un vecindario predominantemente palestino, donde, sobre la base de fallos judiciales, las fuerzas del orden han estado desalojando a varias familias árabes. Esto desencadenó protestas de la población local y feroces enfrentamientos que han continuado sin cesar desde finales de abril. Los medios palestinos dicen que la policía usó la fuerza para obligar a los feligreses a abandonar la mezquita de Al Aqsa. Se dispararon balas de goma, granadas paralizantes y gases lacrimógenos. Cientos de palestinos resultaron heridos.
En las primeras horas del 11 de mayo, como dijo el ejército israelí, los radicales palestinos en la Franja de Gaza lanzaron más de 200 misiles hacia el Estado judío. Los medios palestinos dicen que los bombardeos de Israel de regreso a Gaza han dejado a 25 personas muertas, incluidos nueve niños, y 107 heridos.