Alto general del comando de Estados Unidos en África advierte que China quiere una base naval en la región


La relación de Estados Unidos con China no mejoró cuando la administración Biden asumió el cargo, con funcionarios de los dos países discutiendo abiertamente ante los medios de comunicación en una reunión en Alaska organizada por el secretario de Estado Antony Blinken a principios de este año.

El comandante del Comando de África de Estados Unidos, el general Stephen Townsend, dijo en una entrevista que China se ha puesto en contacto con países de la región para establecer una instalación naval que sea capaz de albergar portaaviones y submarinos.

«Están buscando un lugar donde puedan rearmar y reparar buques de guerra. Eso se vuelve útil militarmente en los conflictos», dijo Townsend a Associated Press en una entrevista.
Según el general, China ha estado en contacto sobre el tema con naciones tan al norte como Mauritania y tan al sur como Namibia.

«Hay un largo camino para establecer eso en Djibouti», en la costa oriental de África, dijo. «Ahora miran hacia la costa atlántica y quieren tener una base así».

Townsend dijo que la primera base naval de China en el extranjero, construida en Djibouti en 2016, está aumentando su capacidad, con 2.000 militares ya allí.
El comandante también dijo que China está superando a Estados Unidos en «países selectos» de África.

“Los proyectos portuarios, los esfuerzos económicos, la infraestructura y sus acuerdos y contratos conducirán a un mayor acceso en el futuro. Están cubriendo sus apuestas y haciendo grandes apuestas en África ”.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dice que la relación entre Washington y Beijing es complicada en todos los niveles.

En una entrevista reciente con CBS, Blinken dijo que el liderazgo chino se está esforzando por hacer de China el país dominante en el mundo, afirmando que durante los últimos años, Beijing ha estado actuando «más represivamente en casa y más agresivamente en el exterior».

Anteriormente, Joe Biden pronunció un discurso acusando a Beijing de ser autocrático y pidió a los legisladores estadounidenses que aprobaran billones en fondos para permitir que Estados Unidos compita con China.

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, respondió con duras críticas, diciendo que el discurso era «una blasfemia y manipulación de los valores democráticos», e instó a ambas partes a impulsar la cooperación, destacando que «la clave es el respeto mutuo».

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