
El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de los Estados Unidos, Bob Menéndez, expresó en un comunicado su preocupación por el riesgo que representan para la estabilidad regional los recientes enfrentamientos mortales entre la policía y los manifestantes en la ciudad colombiana de Cali.
Desde el miércoles pasado, los residentes de Cali han estado protestando contra un aumento en los precios de la gasolina y las facturas de servicios públicos incluidos en las reformas fiscales propuestas por el estado. El presidente Iván Duque canceló la reforma el domingo, pero los manifestantes han continuado manifestándose, pidiendo una manifestación nacional el 5 de mayo.
«Colombia es un socio cercano y un aliado cuya estabilidad y éxito redunda en el interés nacional de Estados Unidos», tuiteó Menéndez el martes.
«Insto a las autoridades colombianas y las partes interesadas a reducir la escala y crear un espacio para un diálogo real para resolver las diferencias políticas y trazar un mejor rumbo para su país».
Menéndez instó a las autoridades locales de Cali a respetar los derechos humanos y los estándares mundiales sobre el uso de la fuerza.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) dijo que estaba «profundamente alarmada» por los disparos de la policía y la muerte de manifestantes durante la noche del martes y expresó su «profunda conmoción» por las múltiples víctimas. La agencia de la ONU ha sido notificada de al menos 14 muertes, incluido un oficial, desde el inicio de las protestas, «la mayoría» de las cuales han sido pacíficas hasta ahora, según el comunicado.
El principal funcionario de derechos humanos de Colombia ha informado de 16 víctimas, incluido un oficial de policía, en los primeros cuatro días de las protestas. Según el Ministerio de Defensa, hasta la fecha 846 personas han resultado heridas y 431 han sido detenidas.