Gran Bretaña buscará el martes acordar una acción decisiva de los socios del G7 para proteger a las democracias contra amenazas globales como las planteadas por China y Rusia.
Al organizar el segundo día de una reunión de ministros de Relaciones Exteriores en Londres diseñada para sentar las bases para una cumbre de líderes en junio, Raab dirigirá las conversaciones entre las naciones ricas del Grupo de los Siete sobre amenazas a la democracia, las libertades y los derechos humanos.
«La presidencia británica del G7 es una oportunidad para unir sociedades abiertas y democráticas y demostrar unidad en un momento en el que es muy necesario abordar los desafíos compartidos y las crecientes amenazas», dijo Raab en un comunicado.
Además de los miembros del G7, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos, Gran Bretaña también ha invitado a ministros de Australia, India, Sudáfrica y Corea del Sur esta semana.
Gran Bretaña ve su primera reunión cara a cara en dos años como una oportunidad para reforzar el apoyo al sistema internacional basado en reglas en un momento en que dice que la influencia económica de China y la actividad maligna rusa amenazan con socavarlo.
El lunes, tras reunirse con Raab, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo que era necesario tratar de forjar una alianza global de países amantes de la libertad, aunque subrayó que no quería reprimir a China, sino asegurarse de que cumpliera las reglas.
La discusión del martes también cubrirá el golpe en Myanmar, instando a una acción más fuerte contra la junta militar en forma de sanciones ampliadas, apoyo a los embargos de armas y más asistencia humanitaria.
Por la tarde, las conversaciones se centrarán en Rusia, incluida la forma de responder a las maniobras de las tropas en la frontera con Ucrania y al encarcelamiento del crítico del Kremlin Alexei Navalny.
Raab dijo el domingo que quería que el G7 considerara una unidad de refutación conjunta para abordar la desinformación y propaganda rusas.