Rusia despliega en la región del sur de Rostov los cazas polivalentes Su-35S de la generación 4++ que podrían operar en Crimea y el Cáucaso.
Según ha publicado este lunes la agencia rusa de noticias Sputnik, la zona solo contaba con los cazas Su-30SM, pero ya ha empezado a formar a los pilotos para maniobrar los Su-35S, capaces de realizar ataques terrestres, además de operaciones aéreas, y divisar otros aviones desde una distancia de 400 km y misiles de crucero sigilosos, desde casi 100 km.
El experto militar Viktor Murajovski ha afirmado que este despliegue se considera como una medida preventiva ante las acciones provocativas y, sobre todo la agresión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la zona.
“No es ningún secreto que la Alianza Atlántica incursiona con frecuencia en las direcciones estratégicas suroeste y sur no solo de los países del bloque, sino que también coopera activamente con Ucrania y Georgia. De hecho, todos los días, los aviones de reconocimiento y los vehículos aéreos no tripulados de los países de la Alianza se encuentran cerca de nuestras fronteras aéreas sobre el mar Negro, cerca de Crimea y la costa del Cáucaso”, ha aducido.
El informe sale a la luz, mientras Ucrania ha desplegado en los últimos días al menos 70 vehículos blindados y varios sistemas de defensa aérea de corto alcance al este de su territorio, en concreto en Donbás, donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, en medio de la tensión en esta zona, escenario desde 2014 de una guerra entre el Ejército ucraniano y los independentistas prorrusos.
Entretanto, los miembros de la OTAN han enviado su mayor contingente de buques de guerra en dirección al mar Negro, específicamente a la costa de Crimea, y al Mediterráneo oriental, con destino a la base naval de Rusia en la ciudad siria de Tartus.
Moscú denuncia que dichas acciones son inaceptables, pues son unas medidas provocativas por parte del Occidente que socavan la estabilidad y la seguridad de las líneas limítrofes rusas.