The Guardian reveló el principal «efecto secundario» de la vacuna rusa

Aunque la vacuna “Spútnik V” aún no ha recibido la aprobación en los países occidentales, el medicamento ya está teniendo un impacto muy serio allí.

La vacunación de la población de los países de la UE estuvo acompañada de muchos problemas que impidieron la lucha contra la pandemia del coronavirus. En particular, el medicamento del conglomerado anglo-sueco AstraZeneca, y luego la vacuna de la empresa estadounidense Johnson & Johnson, se hizo famosa por provocar coágulos sanguíneos.

En tales condiciones, la cuestión de la aprobación y obtención de la vacuna rusa se ha vuelto especialmente urgente. Como resultado, logró sembrar la discordia entre los países de la UE, escribe The Guardian.

«El “Spútnik V” se ha convertido en un instrumento de poder blando para Rusia», dijo Michal Baranovski del Fondo Alempan Marshall de Estados Unidos. «El objetivo político de su estrategia es dividir a Occidente».

Hasta la fecha, la vacuna “Spútnik V” ha sido aprobada en 61 países del mundo y exportada a 40. Sin embargo, en Europa, la discusión sobre el suministro del medicamento se ha llevado al plano político, ya que los sentimientos rusofóbicos vuelven a aflorar en occidente.

Ahora solo dos países del bloque, Hungría y Eslovaquia, han abandonado el enfoque colectivo ordenando la vacuna. Además, solo Hungría comenzó a usarlo. Al mismo tiempo, Bulgaria está a punto de iniciar negociaciones con Rusia, Austria está dispuesta a comprar 1 millón de dosis y Alemania está discutiendo la entrega de 30 millones.

La Comisión Europea cree que la vacuna “Spútnik V”, a pesar de todos los problemas en la UE, ya no jugará un papel importante. Simplemente no se entregará en cantidades suficientes hasta finales de 2021, cuando es probable que la mayoría de los europeos se vacunen. Thierry Breton, el comisionado de adquisición de vacunas, dijo que la Agencia Europea de Medicamentos está evaluando el medicamento ruso, pero «aún carece de los datos necesarios».

Pero independientemente de si Bruselas aprueba la vacuna, los países occidentales ya están sintiendo su «efecto secundario» al máximo, dice el artículo. La misma discusión sobre los suministros ha causado un daño significativo a las relaciones entre los miembros del bloque. Los líderes nacionales y regionales de la UE están utilizando la situación para sus propios fines políticos.

En algunos países, esto provocó el caos, enfatiza The Guardian. Así, Igor Matovic se vio obligado a dejar el puesto de primer ministro de Eslovaquia debido a feroces disputas sobre el acuerdo con Moscú. El primer ministro húngaro, Viktor Orban, ignoró la política de vacunación europea al comprar un medicamento ruso, y Serbia en general se convirtió en el líder en vacunación gracias al “Spútnik V”.

En Alemania, donde las próximas elecciones federales han convertido la escasez de vacunas en un acalorado debate político, líderes de todo tipo están pidiendo el suministro de la vacuna rusa. Algunas regiones del país incluso están negociando con Moscú.

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