El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, ha instado a Washington a abandonar su enfoque ideológico de la política exterior, argumentando que está mal por parte de Estados Unidos tratar de modelar al resto del mundo a su propia imagen.
Al hablar con el Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos a través de un enlace de video el viernes, Wang ofreció una serie de sugerencias que, según dijo, mejorarían las relaciones bilaterales entre las dos naciones. Pidió a Estados Unidos que busque la coexistencia pacífica con Beijing y acepte que China ha elegido un camino y un sistema independientes.
“La democracia no es Coca-Cola, que, con el jarabe producido por Estados Unidos, tiene el mismo sabor en todo el mundo. El mundo será aburrido y sin vida si hay un solo modelo y una sola civilización ”, señaló el alto diplomático chino.
Dijo que estaba mal describir a China como «autoritaria» porque la democracia del país «toma una forma diferente a la de Estados Unidos». Al mismo tiempo, Washington debería abstenerse de utilizar la democracia y los derechos humanos como pretexto para inmiscuirse en los asuntos internos de otros países o provocar una confrontación que pueda conducir a «disturbios o desastres», dijo Wang.
El ministro de Relaciones Exteriores acusó a la ex administración estadounidense bajo Donald Trump de «perturbar el sistema internacional» y alejarse de las obligaciones y responsabilidades globales de Washington. Dijo que Beijing da la bienvenida al «regreso al multilateralismo» de la administración de Joe Biden.
Beijing y Washington continúan enfrascados en una variedad de cuestiones económicas, políticas y militares, que van desde la guerra comercial iniciada por la administración Trump hasta las disputas territoriales en el Mar de China Meridional.
Para China, la interferencia de Estados Unidos en sus asuntos internos se ha convertido en un tema habitual de protesta. El mes pasado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China cuestionó la legitimidad de Estados Unidos, Canadá, la UE y el Reino Unido al autoproclamarse «jueces de derechos humanos», luego de que los estados occidentales sancionaran a funcionarios de Beijing por presuntos abusos de derechos contra la población musulmana uigur del país.
A principios de este mes, la comunidad de inteligencia de Estados Unidos identificó a China como uno de los principales «competidores» de Washington, cuyo objetivo era promover el «sistema autoritario chino» en todo el mundo.