A primeras horas del 23 de abril, los hutíes (Ansar Allah) llevaron a cabo un ataque con drones contra objetivos en las provincias de Jizan y Asir, en el sur de Arabia Saudita.
El grupo yemení atacó una instalación del gigante petrolero saudí Aramco en una parte no especificada de Jizan con un dron suicida Samad-3. Al mismo tiempo, el grupo apuntó a la base aérea Rey Khalid en Asir con dos drones Qasef-2K.
Más tarde en la mañana, los hutíes lanzaron un tercer avión no tripulado Qasef-2K en una «instalación militar» en la base aérea Rey Khalid como parte de un segundo ataque más pequeño.
El Samad-3 tiene un alcance de más de 1.500 km, mientras que el alcance del Qasef-2K es de solo 150 km. Ambos drones suelen estar armados con ojivas de fragmentación de alto explosivo, HE-FRAG.
“Este objetivo surge en respuesta a la agresión y el bloqueo en curso de nuestro querido país”, dijo el Brigadier general Yahya Sari, portavoz de los hutíes en un comunicado.
La coalición liderada por Arabia Saudita afirmó que los tres drones lanzados temprano en la mañana fueron interceptados con éxito. La coalición no hizo comentarios sobre el segundo ataque a la base aérea King Khalid.
Los hutíes lanzaron docenas de drones suicidas contra objetivos civiles y militares en Arabia Saudita en las últimas semanas. Muchos de los drones fueron interceptados por la coalición liderada por Arabia Saudita. Sin embargo, varios ataques tuvieron éxito.
Estos ataques están destinados a presionar a Arabia Saudita para que ponga fin a su guerra contra Yemen. El Reino aún debe dar un paso atrás y respaldar una solución política, a pesar del alto costo de la guerra.