Biden listo para reconocer el genocidio armenio

El presidente estadounidense Joe Biden planea reconocer el genocidio de armenios que tuvo lugar a principios del siglo XX en el Imperio Otomano. La medida, que marca un desafío abierto al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, complicará enormemente las relaciones de Washington con su aliado más problemático. Los expertos entrevistados por Kommersant creen que la nueva administración estadounidense está dejando en claro que en realidad no ve a Erdogan como un socio y un político por el que valga la pena apostar, y establecerá relaciones con él desde la posición de fuerza.

«Dadas las tensiones en las relaciones con Turquía y el deseo de la administración Biden de vengarse de Erdogan por su posición obstinada sobre Siria, el gasoducto South Stream, su compra de los sistemas S-400 de Rusia y muchos otros problemas, Joe Biden realmente puede cumplir su promesa electoral. Será una decisión completamente política y un movimiento simbólico, dada la decisión que tomó el Congreso de los EE.UU. en el 2019, pero el equipo de Biden está dejando en claro que ha descartado a Erdogan y esperará a que renuncie», dijo Anton Fedyashin, profesor de la American University en Washington DC.

«El reconocimiento de la Casa Blanca del genocidio armenio demostrará aún más que las relaciones de Washington con Ankara, estropeadas por el intento de golpe de Estado de julio del 2016 en Turquía, se están politizando más», señaló el investigador principal del Instituto de Estudios Estadounidenses y Canadienses de la Academia de Ciencias de Rusia, Vladimir Vasilyev. Algo a tener en cuenta es que las autoridades turcas acusaron a Washington de haber estado involucrado en el intento de golpe en ese entonces.

«El reconocimiento del genocidio no solo aumentará las tensiones entre Estados Unidos y Turquía, sino que también envalentonará la presión abierta dirigida a desestabilizar la situación interna en el país», señaló Vasilyev. «Además, Washington, que está aliado de Israel, difícilmente tolerará el fortalecimiento de la posición geopolítica de Turquía en el Medio Oriente y el norte de África», agregó el experto.

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