El presidente ruso Vladimir Putin pronunció el miércoles su decimoséptimo discurso anual sobre el estado de la nación ante la Asamblea Federal. El líder ruso anunció nuevas medidas de apoyo a los ciudadanos y habló sobre las «líneas rojas» de Moscú en política exterior. El discurso de Putin al parlamento no tuvo una retórica dura de política exterior y se centró en cuestiones internas: apoyo social y asistencia para las regiones, escribe RBC.
Los economistas estiman que el precio de estas medidas llegará a 1,2 billones de rublos (15,6 billones de dólares). Antes, a los inversionistas les preocupaba que el presidente fuera a trazar una agenda de política exterior estricta, lo que podría aumentar seriamente las sanciones y los riesgos geopolíticos, pero estas expectativas no se cumplieron, dijo Natalya Orlova, economista en jefe de Alfa Bank. En particular, se temía que el presidente fuera a dar pasos cruciales sobre Bielorrusia y Ucrania o anunciara una retórica de confrontación contra Estados Unidos. Los mercados rusos absorbieron positivamente el hecho de que la parte de política exterior del discurso de Putin fue breve y no llamó la atención, dijo Dmitry Dolgin, economista jefe de ING en Rusia y la CEI.
Según Kommersant, las expectativas sobre el discurso de Putin fueron más altas que su efecto. Los decretos de Putin se centrarán claramente en cuestiones sociales más que en economía, y su implementación no requerirá cambiar las prioridades presupuestarias o ajustar el curso económico: los ingresos presupuestarios en el 2021 serán suficientes para cubrir los costos. El enfoque clave del discurso fueron las regiones rusas y las familias pobres con niños, y el objetivo principal que se declaró fue superar las secuelas de la epidemia de coronavirus. El principal enemigo por primera vez en años no ha sido designado. El gobierno del primer ministro Mikhail Mishustin tiene la tarea de presentar iniciativas de desarrollo socioeconómico más efectivas antes del 1 de julio.
En la vía de la política exterior, Putin se centró en la confrontación habitual con los países occidentales y defendió a su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko, escribe Izvestia. Putin advirtió que la práctica común de imponer sanciones se estaba convirtiendo en «algo más peligroso». El vicepresidente del Consejo de la Federación de Rusia (cámara alta del parlamento), Konstantin Kosachev, dijo al periódico que el mensaje clave de esta parte del discurso era que Rusia buscaba buenas relaciones con todos los socios extranjeros, incluso con aquellos que utilizan otros enfoques con Rusia e incluso los que intentan quemar puentes. «Mantendremos posiciones de sentido común pero ciertamente responderemos si nuestros socios cruzan las líneas rojas».
En general, Rusia es un país acogedor, abierto a la amistad. Según Putin, el objetivo principal es que los ciudadanos de la mayoría de los estados extranjeros puedan obtener una visa digital para viajes a Rusia en cuatro días. El presidente confirmó que Moscú eliminaría las restricciones de entrada a los extranjeros tan pronto como la situación epidemiológica lo permitiera.