El presidente Vladimir Putin está pronunciando su muy esperado discurso anual a los legisladores y altos funcionarios rusos, todos los cuales han tenido que hacerse tres pruebas negativas consecutivas de Covid-19 para poder asistir al evento en persona.
El presidente ruso está obligado por ley a presentar un informe anual sobre el estado de los asuntos nacionales a la Asamblea Federal, una sesión conjunta de las dos cámaras del parlamento ruso. Sin embargo, tradicionalmente el evento es más representativo, con gobernadores, miembros del gobierno y otros altos funcionarios invitados.
Este año, la sesión se llevará a cabo en persona a pesar de las preocupaciones de Covid-19, aunque se han tomado todas las precauciones necesarias. Se ha elegido como sede la espaciosa sala de exposiciones Manege en el centro de Moscú, mientras que todos los invitados deben realizar tres pruebas para demostrar que no tienen la enfermedad.
Según el resultado de la reunión que el presidente Putin sostuvo el martes con altos funcionarios del gobierno para discutir su próximo discurso, su agenda estará enfocada en asuntos internos, como programas sociales e inversiones en infraestructura.
El discurso de Putin se produce en medio de un período de confrontación diplomática mayor de lo habitual con las naciones occidentales, luego de una serie de expulsiones del personal de la embajada y un enfrentamiento retórico sobre la situación en Ucrania y los movimientos de tropas rusas.
El discurso a la Asamblea Federal se utiliza a menudo para anunciar cambios importantes en la política interior y exterior de Rusia. En 2018, Putin mostró nuevas armas estratégicas de disuasión en desarrollo durante el evento. El año pasado, anunció una votación nacional sobre enmiendas constitucionales que allanaron el camino para su posible reelección en 2024.