Anteriormente, el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, dijo que la represalia inmediata de Pekín a las sanciones del 22 de marzo creó «una nueva atmósfera» y una «nueva situación» para las relaciones UE-China.
El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, dijo que la Unión Europea necesita fuertes canales de comunicación con Beijing, y enfatizó que el «desacoplamiento» está mal.
Maas dijo que China ha sido descrita «como un socio, competidor y rival sistémico al mismo tiempo» en la Unión Europea.
«En estas tres dimensiones, necesitamos canales de comunicación sólidos y sostenibles con Beijing. El desacoplamiento es el camino equivocado», dijo el ministro de Relaciones Exteriores antes de una reunión virtual con su homólogo chino Wang Yi.
Las tensiones entre China y la UE aumentaron en marzo cuando Estados Unidos, la UE, el Reino Unido y Canadá anunciaron sanciones a varios funcionarios chinos tras denuncias de violaciones de derechos humanos contra los musulmanes uigures de Xinjiang, con supuestos abusos que van desde trabajos forzados hasta detenciones masivas en campos de internamiento. y restricciones a las libertades religiosas.
China ha rechazado repetidamente las acusaciones, haciendo hincapié en que los uigures asisten a centros de educación y formación profesional como parte de un programa de desradicalización que busca integrarlos en la sociedad.
Beijing respondió con sanciones recíprocas, dirigidas a 10 funcionarios de la UE, cinco diputados del Reino Unido, un académico, un abogado y cuatro entidades británicas, prohibiéndoles hacer negocios con China.