La policía desplegó caballería y utilizó flashbangs para dispersar a los manifestantes en la ciudad de Jaffa, cerca de Tel Aviv, donde los lugareños golpearon a un rabino cuando buscaba un nuevo lugar para una ieshivá que dirige.
La policía antidisturbios disparó granadas flashbang para dispersar a la multitud, que estaba incendiando contenedores de basura y rompiendo las ventanas de los vehículos estacionados.
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Las protestas estallaron poco después de que el rabino Eliyahu Mali, director de la escuela religiosa Shirat Moshe Hesder Yeshiva, fuera atacado a plena luz del día en una calle de la ciudad mixta judío-árabe adyacente a Tel Aviv. La supuesta foto del ataque, que muestra a un hombre pateando al rabino mientras otro hombre levanta agresivamente el puño, circuló en las redes sociales.
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Según los medios israelíes, Mali y un asociado estaban buscando un apartamento para albergar a la ieshivá. Según los informes, entraron en un edificio para inspeccionar la propiedad, donde luego fueron rodeados por residentes árabes hostiles que comenzaron a gritar y les ordenaron que se fueran. Fue en ese momento que Mali fue golpeada. El rabino no requirió hospitalización por sus heridas, informó el Times of Israel.
El periódico Haaretz citó a la policía diciendo que dos personas de unos 30 años fueron arrestadas en relación con el ataque. Se dijo que estaban alquilando apartamentos en el edificio donde el rabino fue agredido.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, denunció la violencia contra el rabino y agradeció a la policía por detener rápidamente a los sospechosos. El líder del bloque de derecha Yamina, Naftali Bennett, calificó el ataque como «una vergüenza nacional».
La comunidad árabe de Jaffa realizó una contraprotesta, gritando «Fuera colonos», ya que algunos lugareños ven las conversaciones sobre la venta del edificio a un propietario de yeshivá como un intento de expulsar a los palestinos, según Haaretz.