Los medios sirios han informado que las fuerzas estadounidenses han transportado armas, así como contrabando de petróleo y trigo robado, a sus bases en Siria e Irak en múltiples ocasiones, a pesar de que la República Árabe Siria nunca ha permitido la presencia militar estadounidense en el país.
Un convoy estadounidense que transportaba armas y material logístico, y varios vehículos blindados, fue presenciado en la provincia noroccidental de al-Hasakah, informó el domingo la Agencia de Noticias Árabe Siria (SANA) estatal, citando fuentes locales.
Según las fuentes, el convoy de 24 camiones, cargados con cajas de armas, municiones, refrigeradores, se dirigía a la base estadounidense en la ciudad de al-Shaddadi, al sur de al-Hasaka.
Otro convoy estadounidense también fue visto recientemente en el noroeste de Siria. El 12 de abril, las fuerzas estadounidenses transportaron 41 petroleros saqueados del campo de Hasaka a través de la frontera a sus bases en el vecino Irak. Un informe anterior decía que Estados Unidos transportó armamento y equipo logístico desde bases en Irak a la provincia de Hasakah en Siria, y el envío entrante incluía 59 camiones frigoríficos, camiones cisterna con suministros militares y Humvees.
En enero, SANA informó que el ejército estadounidense transportó a 70 miembros de Daesh * desde prisiones controladas por las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) dirigidas por los kurdos en al-Hasakah de Siria a su base en el área de At Tanf en la frontera sirio-jordana. La agencia de noticias agregó que la base militar en el área de At Tanf sirve como «un santuario para los terroristas en la región», donde se les abastece de armas.
Las fuerzas estadounidenses se desplegaron en Hasakah y Deir ez-Zor, que son, de hecho, las provincias más ricas en petróleo y gas de la República Árabe, sin el consentimiento oficial del gobierno sirio. Damasco ha pedido repetidamente a la comunidad internacional que denuncie la presencia militar estadounidense en el país como ilegal y una violación de la soberanía de Siria, señalando que tiene como objetivo controlar los campos petroleros en el norte de Siria.
En particular, las fuerzas rusas fueron invitadas por el presidente sirio Bashar al-Assad en 2015 para ayudar a combatir a los terroristas y restaurar el orden en el país devastado por la guerra. El ex enviado especial de Estados Unidos para Siria, Jim Jeffrey, reconoció en diciembre que el objetivo detrás de la misión de Estados Unidos en Siria era en realidad evitar que Assad restaurara el control sobre el territorio dentro de sus fronteras reconocidas internacionalmente.
El ex presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció en 2018 que Estados Unidos traería tropas de Siria a casa. Sin embargo, más tarde cambió de opinión, diciendo que una fuerza residual de tropas estadounidenses permanecerá en el noreste de Siria para «asegurar el petróleo».
En agosto de 2020, el exsecretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, confirmó que la petrolera estadounidense Delta Crescent Energy había conseguido un acuerdo para modernizar los campos petroleros controlados por la milicia kurda. El acuerdo fue criticado por el gobierno sirio por haber sido diseñado con el propósito de «robar petróleo sirio».
Un asesor político y de medios del presidente sirio, Bouthaina Shaaban, le dijo entonces al Sputnik que «no es un trato, es un robo del petróleo sirio que el pueblo sirio tiene derecho a usar y tomar».