La retirada de Estados Unidos de Afganistán tiene como objetivo reorientar los activos para la presión militar sobre China


Tras el anuncio del presidente Joe Biden de que Estados Unidos retiraría sus fuerzas de Afganistán antes del 11 de septiembre, se ha especulado ampliamente sobre las razones de este cambio repentino después de casi 20 años de participación militar estadounidense en el país.

Con la administración de Biden moviéndose para acelerar la reorientación de la atención de Estados Unidos hacia el este de Asia para contrarrestar a China, y en menor medida a Corea del Norte, la retirada de Afganistán y las medidas para mejorar los lazos con su vecino Irán bien pueden tener la intención de jugar un papel en esto.

La economía de China superó a la de Estados Unidos en 2014 en tamaño según la medida del PIB ajustado a la PPA, y el gasto del país en adquisiciones militares superó al de Estados Unidos en 2020, con una proporción mucho mayor del gasto estadounidense destinado a costos administrativos, veteranos. beneficios y mantenimiento de su hardware, que en promedio es mucho más antiguo.

La base industrial mucho más grande de China también ha hecho que sus adquisiciones de defensa en general sean mucho más rentables. Eliminar el gasto de los despliegues continuos en Afganistán será, por lo tanto, un avance bienvenido para los esfuerzos del Pentágono que se centran en el este de Asia.

Un ‘alto funcionario de la administración de Biden’ anónimo citado en el sitio web oficial de la Casa Blanca el 15 de abril señaló que la retirada afgana es importante para una estrategia estadounidense más amplia dirigida principalmente a China: “Una de las razones por las que el presidente y su equipo han tomado medidas cuidadosas sobre Afganistán es en realidad liberar tiempo, atención y recursos de nuestro liderazgo superior y nuestro ejército para centrarnos en lo que creemos que son los desafíos fundamentales del siglo XXI y se encuentran fundamentalmente en el Indo-Pacífico «.

En última instancia, con la economía de Estados Unidos todavía en declive luego de una crisis en 2020, y con China mostrando tasas de crecimiento récord en el primer trimestre de 2021 después de ser la única economía importante que experimentó un crecimiento en 2020, la reorientación de los recursos de Afganistán por sí sola no se espera que sea suficiente para revertir las actuales trayectorias de poder que auguran un mal augurio para la continua hegemonía estadounidense y occidental en el este de Asia.

El futuro del propio Afganistán también sigue siendo muy incierto, y se espera que los talibanes, el grupo terrorista Estado Islámico y el actual gobierno afgano respaldado por Occidente sean grandes contendientes por el poder.

 

El destino de las minorías afganas como los chiítas hazara también sigue siendo incierto, ya que han sido blanco de los talibanes por motivos sectarios en el pasado y se espera que vuelvan a enfrentarse a perspectivas de guerra si los talibanes o el Estado Islámico llegan al poder.

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