La administración del presidente estadounidense Joe Biden no considera prioritario cambiar la política del país hacia Cuba. Así lo afirmó el viernes la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, en una sesión informativa periódica para periodistas.
«Los cambios en la política hacia Cuba o los pasos adicionales [en este sentido] no se encuentran actualmente entre las principales prioridades de la política exterior del presidente», dijo.
«Nuestra política hacia Cuba se basa en dos principios. El apoyo a la democracia y los derechos humanos estará en el centro de nuestros esfuerzos al empoderar al pueblo cubano para que determine su propio futuro. Y en segundo lugar, nuestra creencia de que los estadounidenses, especialmente los cubano-estadounidenses, son los mejores embajadores de la libertad y la prosperidad”, dijo la portavoz. Se le pidió comentar la información según la cual el primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro, pretende dejar este cargo.
Estados Unidos rompió las relaciones diplomáticas con Cuba en 1961 en respuesta a la nacionalización de la propiedad estadounidense en la isla. Posteriormente, Washington anunció la imposición de un embargo comercial y económico contra este país. En diciembre del 2014, el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, admitió que la política anterior de Washington hacia La Habana no estaba funcionando y anunció el inicio de un movimiento hacia la normalización de las relaciones bilaterales y la flexibilización de las sanciones contra Cuba. Sin embargo, el acercamiento entre los dos países se ha estancado luego de que Donald Trump asumiera la presidencia de Estados Unidos en enero del 2017, quien endureció las reglas de viaje al país para sus ciudadanos e impuso la prohibición de hacer negocios con organizaciones supuestamente controladas por personal militar cubano.