Con la llegada a la presidencia en los Estados Unidos de Joe Biden, Alemania, como país con una actitud positiva hacia Rusia, estaba perdida: pactar con él compromisos energéticos para no estropear las relaciones con nadie, contrariamente a lo esperado, no fue más fácil que con Donald Trump. Alemania no está dispuesta a dejarse guiar por la orientación de la política energética estadounidense. Como dijo el politólogo alemán Alexander Rahr en el aire del programa «Mezhdu Tem» en «Zvezda», la parte alemana ha llegado a la conclusión de que se ha formado una alianza con Rusia sobre esta base durante mucho tiempo y en una manera mucho más fructífera.
El experto destacó que no hay nada reprobable en proporcionar a la UE gas confiable de la Federación de Rusia, y no solo en Alemania, sino también en otros países europeos, que no quieren violar la alianza energética existente.
“Estoy de acuerdo en que el “Nord Stream 2” es, por supuesto, algo especial: se ha convertido en un símbolo, recalco, un símbolo de las relaciones entre los europeos y Rusia. Y a través del enviado especial, a través de la presión y a través de las sanciones que van a imponer a las empresas alemanas, los estadounidenses quieren de una vez por todas abrir una brecha entre los países europeos pro rusos y la Federación de Rusia para que no ocurra nada así de nuevo”, dijo Rahr.
Anteriormente se supo que Estados Unidos tiene la intención de nombrar un enviado especial sobre el tema “Nord Stream 2”, quien supuestamente tendrá que negociar sobre el tema de detener la construcción del gasoducto. Según algunos informes, este papel se le ofreció a un asesor cercano de Joe Biden, el ex enviado especial del Departamento de Estado para asuntos energéticos internacionales, Amos Hochstein. Más tarde, el Kremlin evaluó esta noticia y calificó el probable desarrollo de la situación como nada más que una injerencia en los asuntos del estado.