El canciller Jorge Arreaza enalteció hoy la unidad y voluntad de resistencia de Venezuela y Cuba ante las múltiples agresiones dirigidas a dar al traste con sus respectivos procesos revolucionarios.
En acto efectuado en la embajada cubana en Caracas, el ministro de Relaciones Exteriores rememoró el asedio a esa sede diplomática por parte de grupos violentos durante el golpe de Estado perpetrado entre el 11 y el 13 de abril de 2002 contra el entonces presidente Hugo Chávez.
Al respecto, Arreaza aseveró que la agresión contra la representación oficial de Cuba en Venezuela mostró la peor cara del fascismo representado en los sectores de la extrema derecha de la nación sudamericana.
‘Quienes en 2002 se atrevieron a promover y ejecutar el asedio a la embajada de Cuba son los mismos que andan hoy por ahí tratando de sacar al pueblo venezolano del poder político para entregar la riqueza nacional el imperialismo estadounidense’, subrayó el titular.
Asimismo, el canciller venezolano manifestó que nada puede detener a los pueblos cuando deciden tomar un rumbo y un destino; ‘si hay unidad nada puede con nosotros’, afirmó.
Arreaza destacó la importancia de los procesos políticos y sociales existentes en países como Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia, al calificarlos de amenaza para el sistema capitalista, además de una referencia y esperanza para los pueblos del mundo.
El embajador cubano Dagoberto Rodríguez señaló a que el asedio a esta sede diplomática formó parte del plan golpista para implantar un régimen oprobioso en la nación sudamericana, por parte de sectores políticos que ‘mostraron sin máscara el rostro siniestro del fascismo’.
Rodríguez resaltó la firmeza del pueblo venezolano que salió a las calles para exigir el retorno del líder bolivariano Hugo Chávez, y con esto evitar el fin de la Revolución y el rebrote del proyecto fascista en América Latina y el Caribe.
‘Unidad y solidaridad son los principios que guiarán por siempre nuestras relaciones de hermandad en esta lucha desde la trinchera compartida contra la voracidad imperial (…) y en favor de la construcción de un mundo’, subrayó el diplomático cubano.