La ronda actual de sanciones estadounidenses tendrá un impacto mínimo en la decisión de Turquía y no conducirá a ningún cambio en los planes del país para comprar un segundo lote de sistemas de defensa aérea S-400. Sobre esto dijo a Izvestia el martes 6 de abril, el diputado del parlamento turco Ozturk Yilmaz.
“El Departamento de Estado de Estados Unidos está tratando de intimidar a Ankara, para mostrar que si Turquía no cambia su posición sobre la cooperación con Rusia, debería esperar una respuesta más dura. Pero esta táctica no afectará la toma de decisiones del gobierno turco”, subrayó el parlamentario.
Ese mismo día, se conoció sobre la imposición de sanciones por parte de Estados Unidos contra la administración de la industria de defensa turca SSB, así como contra cuatro funcionarios que trabajan en ella, incluido el jefe de departamento Ismail Demir.
Se indicó que la notificación se publicará oficialmente y entrará en vigencia el 7 de abril. Las medidas restrictivas se introdujeron en virtud de la Ley de lucha contra los adversarios estadounidenses mediante sanciones (CAATSA).
Para SSB, las sanciones significarán una prohibición de las exportaciones estadounidenses y préstamos de más de $ 10 millones a este departamento. A su vez, cuatro funcionarios del gobierno turco se verán privados de la oportunidad de ingresar a los Estados Unidos, sus activos, que se pueden encontrar en la jurisdicción estadounidense, serán bloqueados y los estadounidenses tendrán prohibido realizar transacciones con ellos.
Al mismo tiempo, el texto de la notificación no mencionaba los sistemas de defensa aérea rusos S-400, por cuya compra Washington había amenazado previamente a Ankara con sanciones.
El 24 de marzo, el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, después de conversar con el secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, en Bruselas, dijo que Ankara no está abandonando los sistemas de misiles antiaéreos S-400 comprados a Rusia, pero que está lista para discutir futuras compras de armas con los Estados Unidos.
El 3 de febrero, el entonces asesor de seguridad nacional del presidente de Estados Unidos, Jake Sullivan, enfatizó que la compra del S-400 por parte de Turquía socava la cohesión y efectividad de la OTAN. Al mismo tiempo, señaló el deseo de la nueva administración estadounidense de «construir lazos constructivos» entre Washington y Ankara.
En octubre del año pasado, Estados Unidos prometió a Turquía «graves consecuencias» después de probar el S-400. Al mismo tiempo, Washington ha excluido previamente a Turquía del programa de producción de los últimos cazas F-35 de quinta generación.
Las entregas de sistemas de defensa aérea rusos S-400 a Ankara comenzaron a mediados de junio del 2019, lo que provocó una crisis en las relaciones entre Turquía y Estados Unidos. La administración estadounidense ha condenado repetidamente la adquisición de armas rusas por parte del país de la OTAN e insistió en la compra de sistemas estadounidenses por parte de Turquía.