Grupo militante de Irak promete continuar los ataques contra las fuerzas estadounidenses hasta que se retiren del país


Las tropas estadounidenses y los trabajadores diplomáticos han sido blanco de numerosos incidentes de bombardeos durante los últimos años. A pesar de esto y de que el parlamento iraquí aprobó una decisión no vinculante que pedía la expulsión de todas las fuerzas extranjeras del país, Washington aún no ha anunciado planes para retirar su personal.

El líder del partido político y grupo militante iraquí Asa’ib Ahl al-Haq (Liga de los Justos), Qais Khazali, ha advertido a las fuerzas estadounidenses desplegadas en Irak que los ataques contra ellos por parte del grupo paramilitar continuarán hasta que se retiren del suelo del país.

«No hay lugar para bases militares estadounidenses, ni en al-Assad ni en al-Harir. Ésta es la decisión y la promesa de los hombres de resistencia», dijo Qais Khazali el 1 de abril.

La declaración del líder de Asa’ib Ahl al-Haq se produce cuando las fuerzas estadounidenses restantes en Irak continúan enfrentando ataques aéreos regulares llevados a cabo por grupos militantes locales que exigen su salida. Algunas de estas huelgas han provocado lesiones e incluso muertes entre los contratistas y militares estadounidenses. Washington afirma que estos ataques los llevan a cabo grupos supuestamente respaldados por Irán.

Hasta ahora, Estados Unidos no ha anunciado la retirada completa de sus fuerzas, y el actual presidente Joe Biden ordenó una revisión completa de los contingentes estadounidenses desplegados en el extranjero y los cambios en sus volúmenes realizados bajo la administración Trump. Todos los redistribuciones y retiradas de las fuerzas estadounidenses se han detenido mientras dure la revisión.

Al mismo tiempo, hace más de un año, el parlamento iraquí aprobó una moción no vinculante que pedía la expulsión completa de todas las tropas extranjeras desplegadas en el país. La moción fue aprobada con poca oposición tras el ataque aéreo de Estados Unidos en el aeropuerto internacional de Bagdad el 2 de enero que mató al alto comandante iraní Qasem Soleimani, que estaba en una misión diplomática secreta en el país.

El ataque, que no fue coordinado con Bagdad, también mató a varios miembros prominentes de las Fuerzas de Movilización Popular, un gran grupo militante iraquí que luchó contra los insurgentes de Daesh * y finalmente se incorporó a las fuerzas de seguridad del país.

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