China e Irán han firmado un acuerdo de cooperación integral durante los próximos 25 años. Los detalles del acuerdo no han sido revelados pero se sabe que cubrirá no solo áreas como la economía y la cultura, sino también campos sensibles como la defensa y la inteligencia. La decisión de Teherán y Beijing de cultivar una asociación estratégica coincide con la presión de sanciones sin precedentes sobre ambos países por parte de Estados Unidos y sus aliados, escribe Izvestia.
Se espera que China invierta 400 mil millones de dólares en la economía iraní y esta cooperación permitirá a Beijing fortalecer sus posiciones como socio comercial clave de Teherán. China, que se convertirá en la principal economía del mundo, tiene acceso a los recursos energéticos. A su vez, Irán, que ha sido blanco de sanciones internacionales, obtendrá un importante comprador de hidrocarburos.
Este acuerdo bilateral tiene efectos tanto económicos como geopolíticos. En primer lugar, China está fortaleciendo sus posiciones en el Medio Oriente. Irán podrá sentirse más confiado en sus contactos con Washington sobre el levantamiento de las sanciones impuestas bajo la administración Trump. Beijing también obtendrá otro bastión geopolítico en su confrontación global con Estados Unidos.
«Paso a paso, China está construyendo una nueva política global en el Medio Oriente, mientras que en el pasado China solía jugar un papel menor, que giraba más en torno al comercio que a la política. Beijing está comenzando a cambiar su política global, que se está volviendo más agresiva y ofensiva», dijo Alexei Maslov, director interino del Instituto de Estudios del Lejano Oriente de la Academia de Ciencias de Rusia.