Ex traductora del Pentágono confesó haber dado los nombres a Hezbolá de los involucrados en el asesinato de Soleimani

Una ciudadana estadounidense que trabajaba como intérprete en una de las instalaciones militares estadounidenses en Irak se declaró culpable de la transferencia de información al movimiento chiíta libanés Hezbolá sobre los involucrados en la operación estadounidense, como resultado de lo cual fue asesinado el comandante de las fuerzas especiales Al-Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (unidades de élite de las Fuerzas Armadas de Irán), Qasem Suleimani. Así se afirma en un comunicado emitido el viernes por el Departamento de Justicia de Estados Unidos.

“Según documentos judiciales, Mariam Thompson <…> trabajaba bajo un contrato como intérprete en una de las instalaciones militares estadounidenses en el extranjero, donde se le dio acceso a información gubernamental de alto secreto. Thompson se declaró culpable de transmitir información [de seguridad nacional] crítica sobre la defensa nacional a un ciudadano extranjero que creía que se la transmitiría al [movimiento] libanés Hezbolá, catalogado por [Estados Unidos] como organización terrorista», subraya el texto.

Thompson admitió que desde el 2017 ha estado en contacto con cierta persona que, afirmó, tiene conexiones con el movimiento Hezbolá. Al mismo tiempo, la mujer finalmente comenzó a experimentar sentimientos románticos por él. Después del asesinato de Soleimani en enero del 2020, su cómplice le pidió que transmitiera información sobre las personas que ayudaron a Estados Unidos a localizar y localizar al comandante de Al-Quds. Al mismo tiempo, según la confesión de la mujer, ella entendió que la información sería transferida a Hezbolá.

La acusada pudo acceder a datos que contenían información sobre estas fuentes de inteligencia, incluidos sus «nombres reales, información personal que les permite ser identificados, información sobre su pasado y sus fotografías». También tuvo acceso a documentos que decían qué información dieron estas personas a las autoridades estadounidenses.

El 27 de febrero del 2020 fue arrestada por el FBI, pero para entonces había logrado entregar a su cómplice muchos documentos, entre ellos «información sobre las identidades de al menos 10 fuentes secretas de inteligencia, así como información sobre al menos 20 objetivos estadounidenses».

«Es simplemente asombroso que una mujer estadounidense que trabajaba para el ejército estadounidense en el extranjero traicionara a su país por el bien de los terroristas», se cita en el documento la declaración del portavoz del FBI, Alan Kohler. La mujer enfrenta cadena perpetua.

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