Venezuela celebra la aprobación de una resolución de la ONU sobre el “daño criminal” de las sanciones de ciertos países, liderados por EE.UU., contra otros.
El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDHNU) aprobó por mayoría el martes una resolución sobre los impactos devastadores de las sanciones unilaterales en el ámbito de los DDHH, donde se insta a los Estados, que son asiduos a esta práctica, a eliminar las medidas coercitivas que atentan contra los derechos humanos y el derecho internacional.
En este contetxo, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, mediante un mensaje publicado este miércoles en la red social Twitter, ha celebrado este logro manifestando que “es innegable el daño criminal contra la vida de los venezolanos y las naciones libres del mundo”
Al término de la votación del martes, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, repudió en un tuit la actuación de algunas naciones como Brasil y Japón que votaron en contra de la resolución de la ONU, remachando que “por ética elemental, los países que votaron en contra deberían perder su asiento en el Consejo”.
Venezuela denuncia los intentos de algunos países, con EE.UU. a la cabeza, de orquestar una campaña de difamación en su contra, que, con falsas alegaciones, entre otros temas sobre la violaciones de los derechos humanos, le imponen una serie de sanciones, dificultando así la vida para los venezolanos. Mientras, según Caracas, la verdad es que semejantes medidas van en contra de todas las naciones que buscan su soberania e independencia.
El pasado 12 de febrero, Alena Douhan, relatora especial de Naciones Unidas sobre las repercusiones negativas de las medidas restrictivas unilaterales impuestas bajo pretexto de violaciones de DDHH, presentó un informe preliminar elaborado en Venezuela en el que constataba los devastadores efectos de las sanciones de EE.UU. y países aliados sobre la vida cotidiana de la población civil venezolana.
Las hostilidades de EE.UU. contra Venezuela se acrecentó a partir de 2019, cuando al respaldar incondicionalmente al líder opositor Juan Guaidó, Washington puso en marcha su maquinaria punitiva contra Caracas con mediadas como restricciones de visados a funcionarios, sanciones a múltiples sectores económicos y el bloqueo de más de 30 000 millones de dólares de activos y hasta intentos de asesinato de altos cargos, entre ellos el presidente Maduro, o la amenaza del uso de la fuerza militar contra Venezuela.
A pesar de todas las medidas coercitivas de EE.UU. y sus aliados impuestas sobre Venezuela para derrocar al Gobierno de Maduro, el propio Washington reconoce el fracaso de sus planes conspiratorias al señalar que el jefe de Estado bolivariano sigue en el poder y es imbatible.