Estados Unidos importa volúmenes récord de petróleo de Rusia a pesar de las crecientes tensiones políticas


Las duras conversaciones sobre cuestiones energéticas no impiden que EE. UU. Compre una parte récord del crudo ruso en 2020. Según los informes, las refinerías estadounidenses cargaron 538.000 barriles de crudo y productos petrolíferos rusos diariamente, batiendo un récord de una década.

Según los datos rastreados por la Administración de Información Energética (EIA) de EE. UU., EE. UU. Ha comprado la mayor cantidad de crudo ruso desde 2011, cuando los volúmenes de importación de petróleo ruso totalizaron 624,000 barriles por día (bpd).

En 2020, Rusia se convirtió en el tercer mayor proveedor de petróleo de Estados Unidos, superando a Arabia Saudita, el mayor exportador del mundo, según cálculos de Bloomberg basados ​​en datos de aduanas y EIA. La participación de Rusia en las exportaciones de petróleo estadounidenses se encuentra actualmente en un récord de siete por ciento.

Mientras tanto, Canadá y México fueron los principales exportadores de crudo a Estados Unidos el año pasado. Canadá envió 4,1 millones de bpd, mientras que México vendió alrededor de 750.000 bpd. Según los informes, las importaciones promedio de petróleo de Arabia Saudita totalizaron solo 522,000 bpd en 2020.

Según los informes, el crecimiento de las exportaciones de petróleo de Rusia fue causado por la falta de acceso al crudo venezolano, objetivo de las sanciones de Estados Unidos. Además, los envíos de crudo de las naciones de la OPEP se redujeron significativamente en medio del pacto del cartel sobre recortar la producción.

Las grandes empresas estadounidenses de energía, incluidas Exxon Mobil, Chevron y Valero Energy, se encontraban entre los principales compradores de petróleo y productos derivados del petróleo de los productores rusos.

El aumento de las compras de energía rusa por parte de Estados Unidos se produce en medio de tensiones de larga data entre Moscú y Washington. La Casa Blanca ha estado criticando persistentemente el proyecto del gasoducto Nord Stream 2 liderado por Rusia, advirtiendo a los aliados europeos que no se vuelvan demasiado dependientes de los suministros de energía rusos. La administración Biden continúa amenazando a los socios europeos del proyecto con sanciones.

El año pasado, la administración Trump incluyó en la lista negra a una subsidiaria comercial de la petrolera estatal rusa Rosneft, diciendo que brindaba un salvavidas financiero a Venezuela. Sin embargo, ninguna otra empresa rusa fue atacada, dejando un vacío legal para las empresas estadounidenses, que pueden seguir comprando productos rusos crudos y refinados.

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