En 1971 en Chile, un día 25 de marzo durante el gobierno (de la Unidad Popular) del Presidente Salvador Allende se firman las relaciones diplomáticas con (la República Democrática de) Vietnam. Se vivían tiempos de cambio marcados por la reforma constitucional que permitía la nacionalización del cobre, acontecimiento que el 11 de julio de ese año quedó señalado en la historia como el Día de la Dignidad Nacional. En octubre de ese mismo año Pablo Neruda recibió el Premio Nobel de Literatura y un mes después Fidel Castro iniciaba su visita a nuestro país.
LP Original del albúm «El Derecho de Vivir En Paz» de 1971
Estos y otros acontecimientos eran parte de las noticias de cada día que llegaban a través de la televisión acompañadas por las imágenes y relatos de la guerra de Vietnam, mostrando la ferocidad estadounidense que actuaba sin escrúpulos contra un pueblo que defendía con un valor inigualable su derecho a la autodeterminación y a vivir en un territorio libre de invasores extranjeros.
Las acciones de solidaridad recorrían Chile en repudio a esa guerra. Trabajadores, estudiantes, intelectuales y artistas, universidades, sindicatos y todo tipo de organizaciones e instituciones se organizaban y se manifestaban masivamente por la paz en Vietnam.
La indignación provocada por una guerra marcada por la desigualdad en contra de un pueblo indefenso ante el poder imperial, también tocó a los jóvenes norteamericanos que se levantaron en un movimiento gigantesco de apoyo al pueblo vietnamita.
En 1971 las noticias informan la presencia de gran cantidad de soldados norteamericanos congregándose frente al Capitolio que en un gesto de protesta y de repudio a la guerra botaban con desprecio sus medallas al mérito militar. Las manifestaciones se sucedían una tras otra y eran cada vez más masivas; al día siguiente de la acción de los soldados frente al Capitolio, más de 500.000 personas se manifestaban en Washington. Quince días después lo hacían frente al Congreso de los Estados Unidos y así sucesivamente. Cada manifestación tenía como consecuencia miles de detenidos. Los jóvenes norteamericanos y sus familias, los obreros, estudiantes, sacerdotes, intelectuales y artistas, la población toda en abrumadora mayoría repudiaba el horror que la televisión día a día instalaba al interior de sus hogares. Los ciudadanos estadounidenses luchaban por detener esa guerra.
Este era, a grandes rasgos, el ambiente nacional e internacional del año 1971 que conoció Víctor Jara en este Chile que como Vietnam también buscaba el camino de la independencia y la autodeterminación. Víctor construía solidaridad preparando la obra de teatro “Viet Rock”, escrita por Megan Terry, dramaturga norteamericana que por esos años dirigía un Taller de Dramaturgos para el Open Theatre, movimiento experimental de teatro de Nueva York; “Viet Rock” es producto de ese taller. Fue en medio de este trabajo que Víctor Jara escribió la canción “El Derecho de Vivir en Paz”, la grabación se realizó en los estudios RCA y el lanzamiento estuvo a cargo del sello DICAP (en abril de 1971).
Definida como una canción de protesta en contra de la sangrienta guerra de invasión norteamericana en Vietnam, es considerada una de las canciones más innovadora en la obra de Víctor Jara que con un concepto experimental decidió incorporar por primera vez instrumentos como guitarras eléctricas, órgano, bajo eléctrico y batería, que no había usado en composiciones anteriores.
Desde su lanzamiento se han producido innumerables interpretaciones de solistas y grupos musicales de distintos países surgiendo una gran cantidad de versiones y reversiones. Desde el momento que se interpretó por primera vez, los pueblos del mundo la han sentido como propia y la cantan hasta hoy como un himno de fuego de puro amor, que inspira a toda la humanidad que lucha por sus derechos, por un mundo más justo para vivir en paz.
En las protestas de octubre del 2019, durante la marcha más grande de nuestra historia, “El Derecho de Vivir en Paz” se transformó en el himno que acompañó y acompaña las multitudinarias manifestaciones que recuerdan y recogen el legado de esos años 70 que Salvador Allende dejó a nuestro pueblo que hoy intenta abrir las Grandes Alamedas con Víctor Jara en el corazón.
Patricia Abarzúa Muñoz
Santiago de Chile, marzo del 2021.