Rusia necesita reaccionar a las nuevas sanciones de la UE

Los ministros de Relaciones Exteriores de los estados miembros de la Unión Europea se reunieron en Bruselas el 22 de marzo. Una de las decisiones clave fue introducir sanciones basadas en el mecanismo de protección de los derechos humanos de la UE. Esta vez, dos ciudadanos rusos, funcionarios de alto rango de Chechenia, fueron incluidos en la lista negra de la UE, escribe Izvestia.

La UE empleó por primera vez el mecanismo el 2 de marzo, designando al fiscal general ruso Igor Krasnov, al jefe del Comité de Investigación Alexander Bastrykin, al director del Servicio Penitenciario Federal Alexander Kalashnikov y al jefe de la Guardia Nacional, Viktor Zolotov, a quienes la Unión Europea considera culpables de supuestas violaciones de derechos humanos, ya que estuvieron involucrados en la condena de Alexey Navalny.

Rusia ve el tema de las sanciones como la nueva normalidad en las relaciones con los países occidentales.

«Se trata de intentos de imponer sanciones devastadoras a Rusia, que operó contra la Unión Soviética en el pasado. Por eso aumentará la presión», señaló el primer vicepresidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Duma Estatal, Dmitry Novikov.

Los expertos creen que en el futuro, los países intensificarán el uso de sanciones para proteger los derechos humanos.

«No dañan mucho a la economía, es más como un gesto de señalización y un intento de dañar a ciertas personas que conduce a complicaciones políticas», dijo el director del programa del Club de Discusión de Valdai, Ivan Timofeev.

Según los expertos, aunque las sanciones se han convertido en una rutina, es vital reaccionar ante ellas.

«Una opción es dar una respuesta simbólica. Por ejemplo, Rusia introduce restricciones de visa pero se abstiene de las financieras cruciales. La pregunta es si detenerse allí o ir más allá», señaló Timofeev. Rusia podría crear su propio mecanismo de sanciones de derechos humanos y emplearlo, por ejemplo, cuando las protestas se dispersan en algún país occidental. Sin embargo, no está claro qué resultados políticos traería, concluyó el experto.

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