Como un ocupante: El Secretario de Estado de EE.UU. dijo que cualquier retirada de tropas de Afganistán se coordinará con los aliados de la OTAN

Cualquier retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán se llevará a cabo tras un acuerdo con los aliados de la OTAN. Así lo anunció el martes el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, a su llegada a la reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la OTAN en Bruselas. Pero las variantes que sean decididas inevitablemente los llevarán a una derrota geopolítica después de 20 años de presencia ocupante en el país asiático.

«Estoy aquí para compartir nuestros pensamientos, pero más para escuchar y consultar. Cuando sea el momento adecuado, nos iremos juntos. Somos uno con los aliados de la OTAN», dijo.

La discusión sobre el problema de la retirada de tropas de Afganistán es uno de los principales temas de la reunión de los ministros de Asuntos Exteriores de los 30 países de la OTAN, que tiene lugar los días 23 y 24 de marzo en Bruselas. Los ministros discutirán la viabilidad de retirar las tropas de la OTAN de este país después de casi 20 años de hostilidades. Según los acuerdos de paz de Estados Unidos con los talibanes (prohibidos en Rusia), se espera que Estados Unidos y la OTAN retiren sus tropas de Afganistán para mayo del 2021. Sin embargo, la situación militar allí sigue siendo extremadamente tensa; una parte significativa de los grupos talibanes no oculta los preparativos activos para las operaciones ofensivas contra las fuerzas gubernamentales en la primavera del 2021.

En estas condiciones, ambas posibles soluciones para los estados de la OTAN podrían tener consecuencias nefastas. Al retirar las tropas del país, no solo debilitarán al gobierno en Kabul, sino que también desmoralizarán a las fuerzas gubernamentales, proporcionando una poderosa señal de acción a los talibanes, así como a los grupos terroristas más radicales, cuyos líderes nunca han apoyado un acuerdo con los Estados Unidos.

Mientras permanezcan en Afganistán, las fuerzas limitadas de la OTAN no podrán cambiar el rumbo, y esta medida será ampliamente utilizada en la propaganda de las fuerzas antigubernamentales que argumentarán que no se puede confiar en los acuerdos con Estados Unidos y la OTAN. También puede fortalecer significativamente la posición de islamistas irreconciliables.

Al mismo tiempo, Estados Unidos y la OTAN no podrán incrementar significativamente la presencia militar en este país para revertir la situación. No hay recursos para esto debido al cansancio general en los estados de la alianza por la campaña afgana, así como a las nefastas consecuencias económicas de la pandemia de coronavirus. Así, si después de esto los talibanes siguen dominando a las fuerzas gubernamentales de Afganistán, entonces esto se convertirá en una verdadera derrota militar para la alianza en la campaña más grande de su historia, que duró dos décadas, es decir, un resultado catastrófico en su escala. Tal situación también es en Irak.

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