Las críticas y las «declaraciones difamatorias» de las autoridades estadounidenses sobre la situación en la Región Autónoma Uygur de Xinjiang (XUAR) de la República Popular China dan testimonio de la doble moral de la Casa Blanca en la lucha contra el terrorismo. Así lo anunció el sábado el Ministerio de Relaciones Exteriores de China.
«Esperamos que Estados Unidos tome en cuenta hechos objetivos y deje de difamar la estrategia de Beijing en Xinjiang», dice en un comunicado publicado en el sitio web de la agencia luego de las conversaciones entre China y Estados Unidos en Anchorage, Alaska. «Washington debería abandonar el doble rasero en la lucha contra el terrorismo”.
El informe especifica que China considera inaceptables las acusaciones del lado estadounidense del «genocidio» que supuestamente cometieron las autoridades de la República Popular de China en la XUAR. «Estamos dispuestos a promover el diálogo con Washington sobre la base del respeto mutuo. Además, las puertas de Xinjiang están abiertas de par en par para todo el mundo», dice.
Según el comunicado, Pekín no tiene la intención de tolerar ataques de Washington, que «actúa con presunción de culpabilidad y, guiado por el prejuicio, se permite despreciar a [China] con un tono didáctico de profesor».
Una de las minorías nacionales más grandes del país, los uigures, vive en XUAR en el noroeste de la República Popular de China, la mayoría de los cuales son musulmanes. Según el gobierno chino, grupos separatistas vinculados a la clandestinidad terrorista islamista internacional operan en Xinjiang.
Como manifestaron representantes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en agosto de 2018, recibieron información de que hasta un millón de representantes de este grupo étnico supuestamente podrían estar ilegalmente recluidos en «campos correccionales en el XUAR».