Los diplomáticos de alto rango de China y Estados Unidos están programados para celebrar su primera reunión individual desde la llegada de la Casa Blanca de Biden del 18 al 19 de marzo. Las conversaciones en Anchorage, Alaska, no serán fáciles. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ya ha insinuado que creía que esta discusión sería una oportunidad para que Washington exprese todas sus preocupaciones a Pekín por los pasos de China. Además, la presión sobre el rival geopolítico de Estados Unidos se describirá como un gesto colectivo. Pocos días antes de esta reunión, Washington había conseguido el apoyo de sus aliados.
En esta situación, los diplomáticos chinos no tendrán otra opción que persuadir a Estados Unidos para que posponga algunos desacuerdos en aras de la cooperación en áreas menos contradictorias, escribe Izvestia.
En la primera reunión, se enviará un mensaje a China: si el país no cambia su comportamiento, Estados Unidos seguirá subiendo la presión sobre China en las líneas de seguridad, diplomacia, comercio y economía. Esto significa poner fin a la coacción económica contra los aliados de Estados Unidos como Australia, poner fin a la diplomacia de rehenes (dos canadienses acusados de espionaje en China) y abstenerse de comportamientos agresivos en los mares de China Oriental y Meridional, dijo Steven Nagi, un experto de la Universidad Cristiana Internacional con sede en Tokio. Una señal importante para China de Estados Unidos antes de la reunión fue la demostración de Washington de que no está solo en sus quejas contra Beijing.
China también tiene sus quejas contra Estados Unidos, incluidas «líneas rojas» como la no interferencia en la situación en Hong Kong, Tíbet, Xinjiang, Taiwán y otros asuntos internos.
Según el director del Centro de Estudios Estadounidenses de la Universidad de Fudan, Wu Xinbo, en la reunión Washington tratará de comprender cuánto podría presionar a China en los temas que les preocupan. Beijing intentará obtener una perspectiva más realista y pragmática sobre las relaciones bilaterales de Estados Unidos.